sábado, 17 de junio de 2017

El chavismo nos trajo a Maduro, nada de aliarse con esa pandilla


La dinámica del proceso político venezolano ha llevado a algunos venezolanos demócratas a pensar que la salida de Maduro del poder puede acelerarse mediante una alianza con el chavismo que se le opone. Una alianza de este tipo llevaría a la oposición a coexistir pacíficamente con  gente como Héctor Navarro, Ana Luisa Osorio, Jorge Giordani, Miguel Rodríguez Torres, Clíver Alcalá Cordones, Gabriela Ramírez, Juan Barreto y otros. Los viudos de Chávez pasarían a representar  gente confiable, con la cual los amantes de la democracia pueden sentarse en una mesa y hasta caminar juntos en su oposición al narco-régimen. Existe una tendencia en este momento a pensar que la “revolución originaria” no era tan mala como lo que existe hoy en día y que Chávez si hizo bien las cosas.
Esta tendencia es atractiva para muchos porque suma aliados de circunstancia, un poco de la misma manera que para Inglaterra y USA fue conveniente aliarse con la Rusia de Stalin para derrotar al nazismo. Pero, así como sucedió con el comunismo estaliniano después de ganada la guerra contra Hitler, así sucederá con el chavismo después que Maduro y su narco-régimen se vaya del poder. El chavismo quedará como el nuevo (viejo)  enemigo. Para ese momento un grupo importante de chavistas se habrá insertado en el juego democrático, esperando su oportunidad de repetir la tragedia que se llamó Socialismo del Siglo XXI.
Y esto será inevitable porque el chavismo es la fuente original del desastre venezolano del siglo XXI. Hoy en día vemos como la oposición se ve obligada a defender la constitución de Chávez en contra de la pretensión de Maduro de establecer una nueva Constituyente. Para evitar un desastre mayor muchos opositores se ven obligados a rendir pleitesía a una constitución, la de 1999, que fue creada de manera arbitraria, hecha a la medida de Chávez para perpetuarse en el poder pero, aun así, violada frecuentemente por los mismos que la habían redactado e impuesto al país, integrada por 350 artículos extremadamente prescriptivos y, por ello, incapaz de ser un documento creíble y capaz de guiar al país hacia el progreso.
EL deseo de salir de Maduro está llevando a un grupo de opositores a validar un chavismo que fue el gran pionero y autor del desastre.  Fue Chávez quien inauguró la política de las dádivas, la política del odio, la política de acercamiento a los países forajidos del planeta. Fue Chávez quien creó la alianza de los malandros latinoamericanos integrada por Ortega, Lula, Kirchner, Cristina, Morales y Mujica. Fue Chávez quien pretendió formar una coalición mundial en contra de los Estados Unidos. Fue Chávez quien politizó y arruinó a PDVSA. El populismo no lo inventó Maduro, vino de Chávez. Para 2012, año de la desaparición de Chávez del poder, ya Venezuela estaba arruinada, destruida.
No pretendo decir que Chávez fue el único monstruo.  Maduro ha resultado una pobre caricatura del monstruo original y ha llevado al país a un nivel de total destrucción. Pero salir de él no debe hacernos creer que el chavismo si era bueno. La historia de abusos de poder, de robo, de acercamientos a los peores bandidos del planeta que llevó a cabo el difunto, permanece fresca en la memoria colectiva de los venezolanos.

Salir de Maduro y su narco-régimen es imperativo. Hacerlo pensando que Chávez si hizo las cosas bien y que sus seguidores son gente honorable sería un gravísimo error.  

3 comentarios:

Ubaldo dijo...

Amigo Coronel nos hace falta un Cardenal. Que tal un Richelieu, o un Mazzarino, o un Cisneros.
Hay que aprender a bendecir con la derecha, y con la izquierda limpiarse los bigotes. La política como las fotos, tiene puntos. La politica nítida, clara, tiene puntos más pequeños. A mi me gusta la criptografía que es ciencia y es arte. Uno puede mandar mensajes ocultos en una foto, y es mejor que tenga mucha resolución. En esa foto nítida, clara, usted puede meter un mensaje. Así es la política.

Anónimo dijo...

No soy, nunca he sido y nunca seré chavista, mi adversión es medular. Conocí a Chávez en el año ´96 en un foro en El Tigre - Edo. Anzoátegui; estaba en su campaña abstencionista y promocionando su constituyente. Fui el primero en hablar en el ciclo de preguntas, y le pregunté:

- - “Señor Chávez ¿Por qué usted llama a la abstención, pero tiene un candidato a la gobernación de Zulia?” [Arias Cárdenas por el partido Unión].
Y Hugo Chávez me respondió:
- - "Señor no, Comandante".

Oír esas palabras me indignó, y yo que siempre le he tenido animadversión a los militares, me salí de la sala inmediatamente con la convicción de que ese hombre era un militar abusador con el ego de cristal. Desde ese instante hasta hoy, después de fallecido, lo he combatido y combatiré sus ideas.

En 1998 formé parte de voluntariado de Jóvenes Estudiantes con Irene Sáez, fue por ella por quien voté en 1998, voté “NO” a la convocatoria a la constituyente, no voté en la elección de los constituyentistas, y voté “NO” a la actual constitución. Tengo el orgullo, sí ORGULLO, de nunca haber sido seducido por el verbo de Chávez ni haber avalado con mi voto y con mis palabras el desmembramiento de mi país. Bastante amistades perdí entre 1998-2001 porque eran chavistas, muchos de ellos se rasgan las vestiduras hoy contra el “castrocomunismo”, y son los mismos, junto a sus hijos, los que acusan a quien sea de chavista si piensa distinto; en el fondo son chavistas puros, al igual que Chávez, si no piensas como ellos eres su enemigo y tienen el derecho a maltratarte y mentir sobre ti.

Mi separación intelectual, emocional y de militancia con la izquierda viene dada porque entendí la vida real, al mundo, era lo que en el fondo estaba buscando de forma introspectiva. Entendí que el socialismo y comunismo no son posibles porque van en contra de la naturaleza humana, estas teorías del siglo XIX no contemplaron el avance del mundo, las sociedades y la economía

Julio César Jiménez Gédler

En Twitter: @Juliococo

Anónimo dijo...

Error imperdonable. Hasta Lilian Tintori, una mujer por lo demás heroica en muchos sentidos, dijo en una oportunidad que Maduro había destruido el legado de Chávez. El legado de Chávez es la destrucción del país. El hubiera tenido que vivir esta situación, sin ninguna duda, de no haber fallecido. Es el padre del monstruo.