miércoles, 1 de marzo de 2023

LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA ¿SE IMPONDRÁ LA SENSATEZ?

 

El objetivo de limitar el aumento de la temperatura en el planeta a 1,5 grados centígrados, o aún a 2 grados centígrados, no se va a lograr si no se aumenta la velocidad a la cual se están moviendo los procesos de mitigación del calentamiento global.  Lograr el objetivo significa obtener una tasa cero  de emisión de dióxido de carbono para 2050, lo cual se lograría mediante una combinación de varios enfoques, como puede verse en el diagrama abajo, tomado de: https://www.irena.org/Digital-Report/World-Energy-Transitions-Outlook-2022. La mitigación se lograría mediante la acción combinada de remoción de CO2 (14%), Captura y almacenamiento de CO2 (6%), hidrógeno (10%), electrificación (20%), Mayor eficiencia energética (25%) y uso de energía renovable (25%).

 

 



Este proceso en marcha se ha visto obstaculizado por la politización o ideologización de este asunto que se ha adueñado de las sociedades en casi todo el planeta. Son pocos los temas que se han librado de este lamentable proceso de politización: las vacunas, el aborto, las políticas de educación, la convivencia racial, los asuntos de género y orientación sexual, en fin, casi todos los asuntos que el ser humano debería enfrentar con sensatez pero hoy objeto de apasionadas posturas y  profundos resentimientos.

En este caso, de extrema gravedad, lo que debería haber sido una decisión consensuada sobre la necesidad de remplazar progresivamente hidrocarburos fósiles por fuentes más limpias de energía se ha convertido en una intensa pugna entre los ambientalistas, quienes han colocado a los combustibles fósiles en el banquillo de los acusados, y los defensores del uso del petróleo por tiempo indefinido, quienes dudan o hasta niegan que la acción del hombre y de los hidrocarburos fósiles tengan responsabilidad en el calentamiento del planeta.

Las acusaciones mutuas frecuentemente se refieren a pretendidos intereses financieros de cada grupo. Los ambientalistas critican a las empresas petroleras por tener una doble postura, pro- ambientalista en público y saboteadora de medidas conservacionistas por debajo de la mesa. Por su parte, quienes defienden el uso ininterrumpido de combustibles fósiles denuncian la hipocresía de los grandes líderes ambientalistas como Al Gore o la joven Greta Thunberg, a quienes les atribuyen deseos de hacer dinero o de notoriedad como razón de sus posturas. El resultado de estas confrontaciones que han llegado a ser muy agrias y hasta violentas es que la transición energética anda bastante más lenta de lo que pudiera y debiera andar.

Sin embargo, está andando, a pesar de la oposición de sectores que la niegan de plano. Una indicación bastante clara de este movimiento es que en los Estados Unidos el número de personas empleadas en el sector de la energía fósil, petróleo, gas y carbón, ha declinado en más del 20% en los últimos cuatro años. En paralelo, la nómina de empleados en el sector de la energía renovable muestra hoy casi un 20% de aumento con respecto a 2016.

Una de las razones principales de la confrontación que existe en este campo es que en algunos centros de actividad petrolera tradicional, como Houston, el empleo en petróleo y gas  ha bajado en casi un 27% en los últimos 6 años, se han perdido unos 125.000 empleos.

  ver:   https://www.houston.org/sites/default/files/2022-06/05.19.22%20HETI%20Strategy%20Report%20V1.pdf .

Sin embargo, algunos estudios de McKinsey, ver:

https://www.mckinsey.com/capabilities/sustainability/our-insights/houston-as-the-epicenter-of-a-global-clean-hydrogen-hub  sugieren que Houston podría convertirse en poco tiempo en el centro mundial de la transición energética, lo cual compensaría por la declinación en el sector energético fósil. Después de todo el campo de la energía fósil y de la energía verde utilizan similares tecnologías y destrezas, por lo cual la transición de ocupaciones puede llevarse a cabo con relativa facilidad.

Lo ideal sería que exista un acercamiento sincero entre los dos grupos y se llegue a entendimientos basados en la verdad comprobable, desechando posiciones productos de la pasión, las cuales existen en ambos bandos. El petróleo y el gas jugarán un papel importante en la transición por las próximas décadas, pero lo razonable es contribuir a que se aceleren las vías para reducir la huella de carbono en el planeta.

Durante toda mi vida profesional fui un petrolero y amo la industria petrolera, pero reconozco que la ecuación energética global debe modificarse, a fin de que la vida en el planeta, tal como la conocemos, pueda  continuar existiendo en buena forma. Lo contrario sería invitar el desastre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes por eso, por como van las cosas creo que Putin no dejará que lleguemos hasta allá, Gustavo.

Anónimo dijo...

Al Gore lanzo su predicción por allá en los '90 que para el año 2010 los polos estarían derretidos y que acá en New York estaríamos bajo el nivel de las aguas. Como nada de eso se cumplió, ahora movió sus predicciones para el 2050. Es de hacer notar que todos estos alarmistas climáticos siempre lanzan sus predicciones para 20-30 años en el futuro.
Asi que no se preocupe ya que cuando llegue el 2050 y no se cumpla lo que dicen entonces mueven las predicciones para el año 2100 en adelante.

WG, New York

Anónimo dijo...

Además de lo que dice del idiota Al Gore, hoy leí que la activista climática Greta Thunberg eliminó todos los tuits que escribió en el 2018 donde advertía que si continuaba el uso de combustibles y petróleo el cambio climático iba a acabar con la humanidad para el año 2023.
Y pensar que hay “líderes” que se dejan llevar por las opiniones de todos estos idiotas.