lunes, 13 de noviembre de 2023

Comer sapos no solo ofende la ética sino que no garantiza una verdadera transición a la democracia

 



****  El Caso de España

**** Un debate que se agudiza en Venezuela  a la luz de resultados

El libro de S. Bitar y A. Lowenthal  “Transiciones Democráticas”, publicado en 2016,  https://www.amazon.com/-/es/Sergio-y-F-Lowenthal-Abraham-Bitar/dp/8416495343, recoge el testimonio de 13 expresidentes y primeros ministros de nueve países: dos de África, dos de Asia, dos de Europa y tres de América Latina, quienes contribuyeron – según el libro -  al éxito de las transiciones desde regímenes autoritarios hacia la gobernanza democrática. Ha sido un volumen muy citado por quienes abogan en Venezuela por una negociación con el régimen en el poder, a pesar de la asimetría ética que existe entre las partes. El libro es valioso y no puede ser desestimado por quienes como el suscrito rechazan las negociaciones entre los sectores democráticos y honestos y los regímenes autoritarios y corruptos. Una de las conclusiones del libro es que a fin de lograr una transición hacia la democracia en países afligidos por dictaduras es preciso hacer concesiones al régimen que está en el poder, a fin de facilitarles la salida. En Venezuela se habla de tenderles un puente de plata al chavismo/madurismo, aun cuando ello signifique comer sapos, es decir, tener que hacer concesiones que se admiten no son éticas y debilitarían la aplicación de la justicia que - pensamos nosotros - es esencial para evitar que mañana no tengamos de nuevo en el país una dictadura similar, dada la impunidad que pueda existir en la solución negociada.

Según los testimonios presentes en el libro en casi todos los casos, Brasil, Chile, España, Filipinas, Ghana, Indonesia, México, Polonia y Sudáfrica hubo que comer sapos. Esto ha sido utilizado por quienes abogan por una negociación con Maduro como guía para dictar el camino a seguir.    

En un comentario de 2019 sobre el libro publicado en mi blog y en La Patilla, ver:   https://www.lapatilla.com/2019/06/03/gustavo-coronel-la-salida-a-la-tragedia-venezolana-no-admite-arreglos/, yo advertía sobre los peligros de trasladar la receta expuesta por Bitar y Lowenthal al caso venezolano ya que  El examen de los casos que presentan Bitar y Lowenthal revela las diferencias que hay entre esos casos y la tragedia venezolana. En ninguno de esos países la inmensa riqueza nacional fue dilapidada como ha sucedido en Venezuela. En ninguno de esos casos – que sepamos –  la magnitud del éxodo ha sido tan grande. En ninguno de esos casos el liderazgo político criminal creó riesgos para la democracia en toda su región”.

Hoy estamos viendo que algunos de los casos definidos como exitosos en el libro arriba mencionado no han resistido bien el paso del tiempo. El caso de España es particularmente ilustrativo. Allí se llevó a cabo en 1977 una amnistía para todos los delitos políticos ejecutados hasta el 15 de junio de 1977, fecha de la celebración de las primeras elecciones democráticas tras cuarenta años de dictadura. De igual forma, también amnistiaba a las autoridades, funcionarios y agentes del orden que hubieran cometido delitos o faltas durante la persecución de actos políticos o hubieran violado los derechos de las personas, ello con el objetivo de consolidar la transición hacia la democracia en España”. Hoy el gobierno de Pedro Sánchez ha dispuesto una amnistía general para los separatistas catalanes con la finalidad de asegurarse el control del gobierno. Lo hace en gran parte basado en el funesto precedente de 1977, algo que en su momento fue aprobado por los sectores democráticos españoles como necesario para la democracia. Se barrió entonces la basura debajo de la alfombra y esa basura reaparece hoy multiplicada en la España de Pedro Sánchez.

En Chile las concesiones hechas a Pinochet siguen causando resentimiento. En Filipinas el gobierno sigue en manos de las familias Marcos y Duterte. En Sudáfrica el país post-Mandela está en ruinas. Las concesiones indebidas a los regímenes de salida en esos países no garantizaron una democracia estable y debilitaron el sentido de dignidad nacional sin el cual toda sociedad es débil.

Creo que el error de la tesis de comer sapos para lograr resultados en los procesos de transición hacia la democracia radica en pensar que un cambio de gobierno es un asunto exclusivamente político, el cual debe ser resuelto políticamente, es decir, basado en  que la política es el arte de lo posible. Creo que esta frase es incompleta,  puesto que debería decir que la política es el arte de lo éticamente posible.

Desde esta perspectiva, hoy reforzada por el caso de España, comer sapos no solo aparecería como éticamente indeseable sino hasta estratégicamente inefectivo en el mediano a largo plazo, aunque luzca exitoso en el corto plazo.  


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos dias, estoy completamente seguro, que lo que se debe aplicar en Venezuela es, caso Singapul

Anónimo dijo...

.. que es "caso Singapul? .. explicá por favor ...