domingo, 28 de octubre de 2007

UN EXTRAORDINARIO ARTÍCULO DE ELIÉCER CALZADILLA.

Ya estoy de regreso en Washington después de un viaje de 12 dias por América latina, en mi cruzada personal contra Hugo Chávez. Ya les contaré!
Este artículo que transcribo abajo, escrito por alguien a quien no tengo el placer de conocer, es el primero no firmado por mí que publico en mi blog. No será el último pero me enorgullece incluir este texto en mi blog. Aqui va:

EL ROSTRO GOLPEADO DEL ESTUDIANTE.
por Eliécer Calzadilla, El Correo del Caroní.
La imagen a color ocupó las primeras páginas de los principales diarios del país. El fotógrafo congeló el instante en el que Yon Goicoechea, dirigente estudiantil de la Universidad Católica, era golpeadoen el rostro. Un rictus de dolor, automático, como una máscara instantánea y transparente, cubre todo elrostro del joven golpeado. Una turba que supuestamente quería debatir ideas, al comienzo de un debate que jamás empezó, usó los únicos argumentos que manejan:el odio, los puños, la violencia. A mí nunca me había dolido tanto un golpe como este golpe en el rostro de Goicoechea. Vi a mis hijos heridos por el puño del poder criminal y abusador. Me vi a mí mismo silenciado a golpes por un delincuente al que aplauden ministros, diputados, periodistas y políticos del régimen. Mirando esta foto de Goicoecheahe visto el rostro amoratado de Venezuela, con hilos de sangre en la boca, causados por las botas asesinasde quienes no entienden de pluralidad, de democracia,de disidencia. ¿Esta es la revolución? ¿Es este elsocialismo chavista del siglo XXI? ¿Actuar comoSomoza, Pinochet, Videla y Fidel Castro es revolucionario?Sostengo que los que golpearon al joven Goicoechea ni los formó ni los descubrió Chávez. Ellos estaban allí.Es más, estuvieron siempre. Son venezolanos, siempre fueron venezolanos. Lo terrible, lo morboso y triste es que en el año 2007 el chavismo los use otra vez contra las ideas, contra la paz y por una razón crematística, como siempre: el usufructo del poder, el ordeño de las arcas públicas. Esos venezolanos que hoy golpean estuvieron con Boves saqueando y violando durante el primer tercio de laGuerra de Independencia. Esos mismos venezolanos se alistaron con Falcón y Zamora durante la GuerraFederal, bajo el mando del general Espinosa, con do sconsignas que sólo han sufrido unas mutaciones no esenciales, es decir, en el fondo han sido idénticasen todos los tiempos: "violar a todas las mujeres blancas y fusilar a los que supieran leer y escribir". Son los mismos "chácharos" andinos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, que junto con otros verdugos,criminales de la calaña de Nereo Pacheco, se ensañaban con los estudiantes presos colocándoles los grillos,sirviéndoles el rancho carcelero con vidrio molido yusando "vergas de toro" para lacerar los cuerpos de los prisioneros. Esos venezolanos, trasmutados enturba resentida y criminal, se afiliaron luego en el partido Acción Democrática y tras el golpe de estado que derrocó a Medina Angarita saquearon casas, invadieron haciendas y la emprendieron -atizados desde el gobierno- contra la Iglesia Católica. La dictadura de Pérez Jiménez se sirvió de venezolanos para torturar, censurar y perseguir. La Seguridad Nacional, policía represiva de la dictadura, sirvió como aparato de espionaje, miedo y tortura mientras la camarilla que gobernaba en medio del silencio y cierre de los medios de comunicación, se hacía rica ymillonaria, en medio del océano de pobreza que era Venezuela. Cuando regresaron los adecos al poder, en1959, trajeron de vuelta sus "brigadas de choque", que no eran otra cosa que criminales con cabillas cubiertas en papel periódico para "discutir" con los adversarios políticos. Ahora no eran saqueos ni violaciones a las mujeres, eran los mismos venezolanosde Boves y Zamora pero con hierro empapelado para golpear y silenciar. Durante los gobiernos adecos ycopeyanos no cesaron ni la intolerancia contra los distintos ni la tortura. La Disip, policía política de aquellos tiempos, era la misma policía de Castro yGómez con un poquito de refinamiento.He intentado decir que me da tristeza que Venezuela sea idéntica en sus llagas más feroces a la Venezuelade 1814, y que siempre haya sido así. He intentado decir que me angustia saber que jamás ha cuajado aquí la idea de democracia, de tolerancia por las otras ideas y del poder concebido como el más elevado ycomprometedor de los oficios humanos. Esta parece ser tierra de tiranuelos, de gamberros, de delincuentes investidos de poder. La golpiza contra Goicoechea me duele porque en elrostro machacado del dirigente estudiantil veo una suerte de "noche de cristales rotos" individual, inequívoca, que intenta decirnos a todos que hagamos silencio frente al despotismo que como una sarna empieza cubrir todos los espacios de Venezuela. Esa golpiza justificada y celebrada por las altas figurasdel chavismo es la más descarada y abominable señal de lo que nos espera si no repudiamos y rechazamos la nueva Constitución.Creo, paradójicamente, con escasas esperanzas, que aunque es ya casi de noche, hay unas horas de luz para que la unión nos permita elaborar un espacio democrático y detener la tiranía. Es tiempo de que prevalezcan ideas y conductas como las de Arturo UslarPietri, José Ignacio Cabrujas y Mariano Picón Salas, entre otros destacados venezolanos. En ese espacio,junto a esos nombres, Yon Goicoechea simboliza al futuro. Por eso me han dolido tanto las heridas que los criminales aupados desde el poder le han causado a su rostro.

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