martes, 13 de septiembre de 2022

DE WASHINGTON DC A SABANA DEL MEDIO: DOS VERSIONES DEL DESARROLLO

Decimo octavo viaje a Serendipia





Durante unos seis años, 1983-1989, llevé a cabo en el Banco Interamericano de Desarrollo, basado en Washington dc, una labor de especialista en Hidrocarburos, encargado de evaluar los proyectos que los países miembros le presentaban al banco. En base a estas evaluaciones, el banco accedía o no a financiarlos y prestaba su apoyo para mejorar el proyecto en consideración.  Después de recibir la petición de financiamiento, el banco designaba una primera “misión” o visita al país en cuestión, a fin de revisar el proyecto desde diversos ángulos: económico, social, técnico e impacto ambiental.   

Durante los primeros tres o cuatro años esta fue, para mí, una  asignación de ensueño. Viajaba a los diversos países de la región, conociéndolos frecuentemente por primera vez. Casi siempre los proyectos eran de poca complejidad técnica para quien, como yo, traía la experiencia técnica y gerencial obtenida en una industria petrolera gigante, como la venezolana.  Por ejemplo, ir a Bolivia a tratar de elevar la producción de gas natural era como hacer cirugía infantil para quien estaba acostumbrado a los grandes yacimientos de petróleo y gas venezolanos.

 A medida que continué evaluando proyectos de hidrocarburos en países como Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, Guyana, El Salvador o Paraguay, me fui dando cuenta que la actividad presentaba obstáculos importantes para ser llevada a cabo con eficiencia. Algunos de ellos eran de naturaleza política, otros derivados de las actitudes predominantes en nuestros países.  

 

 

Conflictos de interés

Algo que pudiese catalogarse como conflicto de interés era la necesidad  que tenía el banco de hacer cada vez más préstamos, a fin de justificar su existencia ante los países donantes de capital. La cantidad de préstamos se convertía en un índice de eficiencia del banco. Ello llevaba a la tentación, por parte del banco, de promover préstamos que no eran prioritarios para los países, es decir, “vender” al país la idea, e inclusive, contribuir a elaborarles el proyecto. Aunque, en mi especialidad de los hidrocarburos, este riesgo era de muy baja magnitud, en áreas de mayor actividad la tentación era mucho mayor y rendirse a ella ello derrotaba la definición de desarrollo que era la bandera del organismo.  

Pobre continuidad de gestión

Con mucha frecuencia encontraba nuevas caras como interlocutores en una segunda misión. Peor aún, cada nuevo funcionario tenía casi siempre nuevas ideas sobre lo que debía hacerse, lo cual retrasaba y encarecía el proyecto.

La ejecución  

Una vez que el préstamo era aprobado debía someterse a un proceso de seguimiento que garantizase la mayor eficiencia posible en su ejecución. En esta etapa del proceso podía observar las mayores fallas: pobre comunicación, licitaciones defectuosas, poca transparencia.

En una de mis misiones a un país de la región viajé en la línea aérea bandera del país. A bordo también iba el ministro de finanzas que había estado en el banco gestionando un préstamo de emergencia para su país agobiado por deudas. Mientras estuvo en Washington ese ministro se había alojado en un hotel cinco estrellas de la ciudad de Washington DC y llegaba a nuestra sede todos los días en una “limousine” de 10 metros de largo, con chofer, quien lo esperaba pacientemente en la puerta mientras él estaba en sus reuniones. En el viaje de regreso él iba en primera clase mientras yo, funcionario del banco que prestaba el dinero, viajaba en clase turista. De repente esto me pareció simbólico de lo absurdo de esta relación entre burócratas del banco y de los países. Este funcionario vivía muy bien debido, paradójicamente, a los graves problemas sociales de su país. Yo también vivía muy bien en Washington DC,  desempeñando una especie de papel de actor de reparto en lo que parecía ser una tragicomedia. Aunque el banco llevaba a cabo una labor de desarrollo que – en la balanza – era positiva, advertí que esta labor era ineficiente y dispendiosa debido a una indeseable burocracia de lado y lado que había adquirido vida propia.

Por ello decidí fugarme de la jaula de oro que era el banco y regresar a Venezuela, a tratar de desarrollarla, no ya desde Washington DC, sino en el terreno, de cara a cara con la gente.

De Washington DC a Sabana del Medio, Estado Carabobo

Regresé a Venezuela a inicios de la década de 1990 y me fui a vivir en el campo, en una zona semi-rural, al oeste de Valencia, a tratar de probar que un “campesino” venezolano podía vivir tan bien como un habitante de la ciudad, tal como es el caso en los países desarrollados. En Suiza o en USA no existen campesinos, en el sentido de abandono e indefensión que este apelativo posee en nuestros países latinoamericanos, sino  ciudadanos de ciudad y ciudadanos del campo con una calidad de vida similar. Llegar a esto en Venezuela era, y continua siendo, uno de los grandes objetivos del verdadero desarrollo. A eso fue a lo que fui.

Al llegar fundé una ONG llamada AGRUPACION PRO-CALIDAD DE VIDA, la cual desarrolló tres líneas de acción que veía como fundamentales para el desarrollo venezolano: Lucha contra la corrupción, la promoción del liderazgo en las comunidades y un programa de educación ciudadana en las escuelas públicas del país.  La idea central era la de promover la creación de una nación de buenos ciudadanos activos, tanto en la ciudad como en el campo.

Una intensa experiencia

Tendría que escribir un libro para narrar los detalles de mi experiencia tratando de desarrollar el país en el terreno, haciendo estrecho contacto con la gente. Junto con un grupo de entusiastas colaboradores, el cual nunca fue mucho mayor de unas 30 personas*,  llevamos a cabo talleres anti-corrupción para unas 12000 personas, en Venezuela y, luego, a pedido de otros países, en Panamá, Ecuador, Paraguay y Bolivia; programas de promoción del liderazgo en pequeñas comunidades de Carabobo, Falcón y Miranda y un programa de Educación Ciudadana para niños venezolanos en las escuelas públicas primarias, el cual llegó a tener unos 15000 niños y unos 100 tutores, jóvenes universitarios de la UCAB y de la UCV entrenados por nosotros.

En paralelo, mi vida en Sabana del Medio se convirtió en un laboratorio del desarrollo. Nombrado presidente de la asociación de parceleros, nos dimos a la tarea de establecer un sistema de distribución equitativa de agua para las parcelas, mejorar el servicio eléctrico en la zona, proponerle al pueblo adyacente, Barrera, algunas opciones (fallidas) de desarrollo económico (por ejemplo, una feria del mango) y, en general, por ayudar a la comunidad a pensar en términos ciudadanos. Por diez años tuve mi residencia principal en Sabana del Medio, tratando de vivir allí como ciudadano del campo, en una parcela de casi una hectárea en la cual sembramos unos 600 árboles frutales y construimos nuestra casa.

Sin embargo, en 1999 Venezuela cambió con la llegada del chavismo al poder. Pro Calidad de Vida no sobrevivió a su asalto. Sabana del Medio apenas pudo sobrevivir el intento de Adán Chávez, quien manejaba el Instituto de Tierras,  de quitarnos las parcelas. En 2003 me fui de Venezuela, ya para no retornar mientras en el país no exista un gobierno libre y democrático.  En el umbral de mis 90 años, esa posibilidad es pequeña.

¿Desarrollé algo? ¿Cambié a mi país positivamente de manera significativa? Lo dudo.  A título personal experimenté, en paralelo, un empobrecimiento material y un enriquecimiento espiritual. En los 14 años que estuve en Venezuela, 1989- 2003,  tratando de “cambiar” al país no me aburrí un solo instante y es posible que pueda haber plantado una que otra semilla. Descubrí que en los estratos sociales/económicos más modestos de mi país, lo que puede denominarse la clase media baja, existe un formidable reservorio ciudadano, hasta más poderoso que en la clase media alta, el cual es un estrato social con actitudes ciudadanas bastante reblandecidas por la riqueza petrolera. Ese inmenso grupo social generalmente posee genuinas aspiraciones de progreso y  está a la espera que un nuevo liderazgo modernizante y vigorosamente ciudadano los lleve a su realización.

Seguimos en la batalla.

____________________   

  * Elita Graterol, Alejandro Fernández, Marcos Marín, Marcos Naranjo, Guillermo Ariza, Milagros Pérez, Mélida Colmenares (nuestra gerente), Vanessa Colmenares, Lisette Álvarez, Leslie Álvarez, Yeisi Mata Pérez, Ángel Flores, Antonio Donado, Luis Augusto Colmenares, Mileidy de Pérez, Mapy Tudela, Carolina Jaime, Carmen de Navarro, Alberto Morón, Cecilia Contreras, Alberto Quirós Corradi, Héctor Riquezes, Erick Contag, Richard Bailey, Elodia Santiago, Alfredo Gruber, Eddie Ramírez…. 

Sé que hay otros maravillosos amigos y amigas  quienes se me olvidan. 

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamentablemente en Venezuela, Gus, es difícil hacer vida ya sea urbana o ruralmente. No sé qué hubiera hecho yo, probablemente en el Washington de Reagan me hubiera quedado para siempre en esa bellísima zona o me hubiera ido al norte de California a ver vinos todo el día. Pero regresar a Venezuela, no lo creo. Te doy un ejemplo.

Qué hubiera pasado si, en vez de quedarse en su Táchira de sus amores, nuestro caro amigo Eduardo Colmenares Finol hubiera decidido salir de Venezuela e irse a España o irse a Canadá?

Murió yendo a buscar a su esposa al aeropuerto porque un líder guerrillero fue tiroteado y en la carrera de llevarlo al hospital el lugarteniente que manejaba la camioneta en sentido contrario a Eduardo, le invadió el canal y se llevó la vida de uno de los mejores venezolanos que he conocido. La vida de Eduardo, por lo que hizo por el país y el bien de sus habitantes, valió cincuenta mil millones de veces la vida de un asesino como Maduro y el triple de la de Chávez.

Hiciste bien en largarte, como hice yo también cuando descubrí que ni esta venezuela chavista me entiende ni yo la entiendo a ella.

Unknown dijo...

Gracias Gustavo por su interés en Venezuela y por su innegable esfuerzo en tratar de mejorar la vida y el entorno de sus habitantes, y lamento que su esfuerzo haya sido en vano. Ojalá hubiera mas venezolanos como usted. IC

Anónimo dijo...

Gus, la solución a lo que hoy en día es Venezuela tendrá que renacer de las cenizas una vez destruida completamente esa ideología socialista chavista malsana y destructora; y aún así tendrán que pasar algunas generaciones para que regrese la normalidad y poder vivir en un país decente.

IBSEN MARTÍNEZ dijo...

Extraordinario su relato, doctor Coronel. Desconocía este trecho de su vida; en realidad, más allá de su figura pública, tan apreciada por los venezolanos, lo ignoraba todo sobre usted. Es otra expresión del mal que nos disuelve: vidas apartadas las unas de las otras. Me ha dejado muy conmovido, igual que su comentario sobre las memorias de R.Izaguirre. Y también me ha dejado con mucho en que pensar. Van saludos y buenos deseos. Ibsen Martínez

Gustavo Coronel dijo...

Tuve gran afecto y admiracion por Eduardo Colmenares Finol, un gran caballero, integro. Toda esa familia es ejemplar.
Yo me fui de Venezuela en cuerpo, mas no en espiritu, aunque nunca he sido de quienes dicen que somos el pais mas chevere del mundo, con las mas altas montanas y las playas mas hermosas. La quiero y alli pase una ninez maravillosa, la camine de punta a punta como geologo, alli encontre companera ejemplar para mi viaje. Pienbso en ella con alguna nostalgia pero me considero ciudadno del planeta, gravemente amenazado, en el cual hay que pensar por encima de fronteras y patrioterismos.
No me arrepiento de haberme ido a Venezuela, donde estuve a puntoi de compartir gobierno en 1998, ya que trabaje para la candidatura de Salas Romer y tampoco de haberla dejado de nuevo para vivir en un rincon amable de Virginia, donde mi queridsa esposa yadescansa y donde yo estare a su lado, en un rinconcito de Venezuela, en el suelo de esta gran nacion.
Y, si, Ibsen. Mi aspiracion suprema es ver una Venezxukla de ciudadanos, mas que de gente indefensa y desvalida, dependiente de un torvo estado que se dice benefactor y es realmente embrutecedor. En esta pelea racionalizo que es mas importante la batalla que el resultado, al menos para tener la satisfaccion del deber cumplido. Y, quuien sabe, a lo mejor el caballo aprende a volar.

Anónimo dijo...

Apreciado Sr. Gustavo.
Sus palabras me han conmovido profundamente. Ud., es la fiel representación de aquel ciudadano venezolano de una Generación de Hierro, luchadores, soñadores....., que sembraron para bien. A estas alturas y en el ocaso de la vida solo queda agradecer la oportunidad que la vida nos dio, de al menos haber hecho el intento de sembrar para un Mundo mejor.

Desde el primer momento que mi esposo de 46 años de matrimonio, Alejandro Velasco (trabajador de la insigne PDVSA AZUL) y mi persona le contactamos, en solicitud a la posibilidad en regalarnos uno de sus profundos y muy profesionales escritos, agradecemos mucho a Dios que sus memorias no quedarán jamás en el olvido. Un 4 de Febrero del 2006 artículo titulado: "Para mis Amigos de Antímano", fue publicado en un periódico local- Parroquial, otro hermoso testimonio de su vida y trayectoria personal.

Una hermosa canción hace que mi mente visualice parte de sus vivencias para bien o para menos bien. Ud., ha dejado plasmada grandes anécdotas personales y profesionales con un sentimiento indescriptible, donde percibo el perdón por su parte a aquellos otros que dieron por "granted" lo que aquella Venezuela nos dio con creces y no pudieron apreciar, ni valorar. Ojalá las nuevas generaciones de Cristal logren internalizar y luchen para lograr un Mundo mejor. Al final de mis palabras le coloco un link donde la canción en cuestión a la cual hago referencia tiene su letra en Inglés (de su autor original) y en español para los ciudadanos del mundo en que nos convertimos los venezolanos.
https://www.letraseningles.es/letrascanciones/traduccionesDF/Frank%20Sinatra%20-%20My%20way.html

Dios lo Bendiga.

Raiza Velasco dijo...

https://sites.google.com/site/1visionpais/home/05-periodico-clamor-popular-antimano-caracas/20060204_05_CLAMOR_POPULAR_20060128_Agno02_No_02_4F.pdf

Gustavo Coronel dijo...

Querida amiga Raiza, muchas gracias por tus generosas palabras y por el envio de mi escrito en CLAMOR POPULAR, órgano de la resistencia contra Chávez que ustedes tenían en esos años. Me alegra releer mi escrito después de 15 años y medio. Nada de lo que dijimos entonces era exagerado. Hoy estamos peor, debido a tantos años bajo las garras de una dictadura cruel e ignorante.
Siento que Alejandro hya partido ycomprendo lo que sientes porque también estoy solo, despues de 62 años de companía de Marianela, una mujer noble y ejemplar con quien compartí mi vida.
Me encanta la canción que envías, hecha famosa por Sinatra. Mas que a mi manera, mi vida la he vivido a la manera que mis padres y maestros y amigos me enseñaron. Tuve la suerte de ser arcilla en manos de buenos alfareros. Tengo un libro a punto de ser publicado que habla de como podríamos transformar el gentío venezolano en una nación de ciudadanos.
Mantente en contacto!
Gustavo

Raiza Velasco dijo...

Buenos Días Sr. Gustavo.
Gracias por su generosa respuesta.
Mi esposo Alejandro Velasco aún me acompaña en esta lucha que es la vida. Ambos seguimos analizando y trasmitiendo nuestras experiencias a aquellos venezolanos ávidos de escuchar, entender... porque llegamos a esta triste tragedia que aún se vive en nuestro expais, Venezuela.
En este exilio jamás pensado vivir en este gran país que sigue siendo US, a los 50 y 55 años, con el robo de más de 30 años de arduo trabajo por parte de mi esposo en la industria petrolera azul, ha sido cuesta arriba.

Alejandro con sus bien llevados 71 años, aún sigue activo en el mercado laboral. Su formación como Ingeniero Industria (Universidad Católica Andrés Bello/Caracas) y MBA (Lille- Francia) le permite seguir en la lucha.

Tanto mi esposo como yo estaremos al pendiente de la publicación del tesoro que estoy segura será su libro.

Gustavo Coronel dijo...

Que maravilla, que Alejandro esté bien y activo. Tenerse el uno al otro es la mayor de las fortunas en la tercera edad.Seguimos en contacto,
Gustavo

Anónimo dijo...

Son los nombres de gente decente, Alberto Quirós Corradi, Ibsen Martínez, los hermanos Colmenares Finol, Coronel et al que predicaba con el ejemplo.

Ahora, después de la presencia de venezolanos ilustres en nuestras compañías
lo que conseguimos en la principal de nuestro país son estos gaznápiros:

https://twitter.com/rafmuor/status/1571621184617201669?s=20&t=rWg86A6Q-fBpNp6QPcBCTg

Anónimo dijo...

Para los que hablamos en venezolano que significa "gaznápiros" ???

Gustavo Coronel dijo...

Yo entiendo perfectamente. Gaznápiro: Esta palabra está en el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) desde 1884. Sinónimo de Tonto, Palurdo, Patán, y muchos otras palabras semejantes. De uso común entre los venezolanos de cierta edad, más de 60.
Los muchachos dirían gafo, bobo, bolsa y en lenguaje mas vulgar: aguevoneado; gallo.
Saludos,
Gustavo

Anónimo dijo...

Gracias por la aclaración del término ...