sábado, 31 de diciembre de 2022

UN CORDIAL RECLAMO AL CREADOR

 

 


  Respetado Creador:

Deseo hacerle notar, respetuosamente, lo que considero un error de diseño en su creación del Homo sapiens.

Se trata de lo siguiente.  En el momento en el cual terminan los  días que usted nos ha concedido, ese día el individuo en cuestión pierde la conciencia de su yo, incluyendo lo que él o ella podían ver como  “su derecho a ver el final de la película”.

Ello es así porque su disco duro desaparece totalmente. La memoria es borrada y con ella toda una bella historia humana, única e irrepetible. Desaparecen sus visiones de dulces atardeceres, sus deleites al oír el trinar de los pájaros, el recuerdo de maestros, padres, amigos y de las mujeres amadas.  Dejan de existir las aleaciones únicas e intransferibles que existen entre cada conciencia y la música que escuchan,  desde Bach hasta Poulenc y desde Lauro hasta Aldemaro Romero ya que la música provoca emociones diversas a cada quien. ¡Que tesoros se pierden!

Cesará para ellos y para siempre la facultad de ejercer la compasión,  no podrán navegar más en los dos grandes ríos de la conciencia que los llevan al llanto y a la risa.  

En mi caso particular ya no veré más Malbecs ni Beaujolais noveaus, ni Corton Charlegmanes (en realidad, este es ya incomprable), ni más Balvenies o Chivas Regal, ni más tequeñitos o empanadas de carne molida.  

Debo confesarle que me resulta doloroso aceptar que ya no podré ver al hombre viajar a las estrellas, ni sabré jamás si se impondrá la sensatez para salvar al planeta azul del cambio climático que hemos generado en esta nueva edad geológica del  antropoceno.

Protesto por este despojo, especialmente en el nombre de quienes han debido estar presentes para saberlo, aquellos grandes intuitivos  como Albert Einstein, Stephen Hawkins, Jack Vance, Arthur Clarke y Jorge Luis Borges, cuyos discos duros se reducen hoy a las arenas que van al mar. 

En lo egoísta, el componente frívolo de mi curiosidad se quedará para siempre insatisfecho.   ¿Regresará Trump a la presidencia de los Estados Unidos?   ¿Por cuantos años será rey Carlos III?  ¿Se casará Kim Kardashian con Johnny Depp? ¿Se quitará algún día el turbante Piedad Córdoba y – por favor -   que tendrá ella, allí debajo?

Nada me consolará de no estar en Cooperstown el día que Miguel Cabrera entre al Hall de la Fama.

En el plano más serio, nunca sabré si Venezuela será algún día una nación con una mayoría de ciudadanos, en lugar de un gentío resignado a aceptar humillaciones de un régimen analfabeta.  ¿Emergerán en la sociedad venezolana suficientes buenos ciudadanos activos y nuevos líderes quienes remplacen el brutal y cursi enanismo que se ha enraizado en el poder?

Respetado Creador: usted nos dio la facultad de recordar el pasado u hacer del recuerdo el gran padre de la nostalgia, así como nos ha dado la imaginación, esa gran madre de la esperanza. Sin embargo, creo que hubiera sido más justo que, así como podemos conocer el pasado, pudiéramos poseer la facultad de ver al futuro alinearse con nuestros sueños.  

Sé que muchos seres humanos creen en la existencia de una vida más allá de esta vida, en la cual podamos estar de nuevo con nuestros seres queridos, aquellos quienes les dieron sentido a nuestras vidas. La inmensidad del Cosmos, como lo revela hoy el telescopio Webb, me hace escéptico sobre nuestra naturaleza especial, sobre nuestra pretensión de haber sido creados a la imagen y semejanza del Creador. Quisiera estar equivocado.  

Preservar la conciencia, los discos duros que eran irrepetibles como los cristales de nieve,  ya es demasiado tarde para Mozart y Bach, para Shakespeare, Cervantes, Leonardo y Sócrates. Pero no  es demasiado tarde para quienes aún están por nacer.

 ¿Será posible corregir este error de diseño, respetado Creador?

Es también tarde para mí pues, desde la proa del barco de Ulises, ya puedo divisar las costas de Ítaca entre la bruma. Pero hay tiempo para los millones de discos duros aún por nacer y que atesorarán maravillas.

Salvados de su conversión en polvo, harán del universo algo mucho más bello y amable,

 

Un buen saludo,

Homo sapiens  número 145x1048  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las generaciones que vienen tendrán mucho trabajo tratando de enderezar este mundo loco.
Pero sí, dónde quiera que se inscriba la creencia, espero que los no nacidos tengan mejor
destino que el de la generación que nos estamos despidiendo.

Abrazos de feliz año,

Acosta.
Buenos Aires,
Argentina (humedad).