DIARIO DE VIERNES
POR QUE SOY HUMANISTA
Un intento de respuesta
a la amiga que me pregunta por qué soy humanista
Nuestras creencias sobre la vida y la muerte, sobre nuestro papel en el
universo, se forman desde muy jóvenes, en buena parte debido a la educación que
recibimos de nuestros padres y maestros y a nuestras lecturas. Así fue en mi
caso. Crecí en un hogar en el cual la religión no jugaba papel importante,
remplazada por una filosofía que – en retrospectiva – puedo definir como
humanista. En mi casa flotaba en el aire la idea de que la honestidad, la
decencia, las buenas obras, no deben ser motivadas por la promesa de
inmortalidad sino porque son, de manera intrínseca, nuestro deber como seres
humanos. Ello llevaba a un cultivo de la admiración por quienes así actuaban.
Como decía el novelista E.M. Forster, nuestra religión en el hogar estaba
basada en la admiración del ser humano lleno de empatía y compasión. Esta era
una actitud, lo admito, que mostraba un rasgo de orgullo indeseable, pues nos hacía
sentir superiores a quienes eran buenos motivados por una recompensa eterna.
Enriquecido por una educación Salesiana en la escuela, orientada hacia el
servicio y la tolerancia, creo haberme despojado de aquel orgullo y reforzado
mi humanismo más puro, aquel que considera al hombre, como decía Protágoras, “
la medida de todas las cosas” o como decía Terencio Publio “ Soy humano y nada
de lo humano me es ajeno”.
MI humanismo no es antirreligioso. Al contrario, pienso que quien es
religioso disfruta de una maravillosa herramienta de felicidad. La fe es algo
que admiro en otros pero que no poseo. Mi carencia de fe religiosa me hace
incapaz de creer en una vida eterna para el ser humano, pero encuentro algún consuelo
(no mucho) en la ley de conservación de la materia, la cual reza que la materia
nunca desaparece, solo se transforma. En mi mente, simplemente pienso que, de ser
geólogo, pasare a ser geología, en cuanto mi cuerpo, compuesto de diversas sales
y mucha agua iría a formar parte de la mar. Así lo decía Jorge Manrique: Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir.
En esa medida, lo único que
perdemos es nuestra conciencia de individualidad, eso de ser quienes somos, con
un nombre, un apellido y un número de cédula.
Como esa pérdida es
importante el recuerdo del ser humano bueno, excepcional, representa uno de los
pilares de mi humanismo. Una de las secciones que me interesan más en mi
lectura diaria del New York Times es la de los obituarios. Mis amigos me dicen
que ello suena macabro, pero la razón es muy diferente. En el recuento de la
vida de estos hombres y mujeres admirables que reseña el periódico uno
encuentra la reafirmación del propio credo humanista, de lo que nos decía Protágoras
(quien no era maracucho) sobre el hombre como medida de todas las cosas.
Conocer la vida de un ser humano admirable nos hace sentir orgullosos de
compartir esa esencia humana con ellos y ellas, quienes nos han dejado en
cuerpo.
La historia es simplemente
una gran colección de recuerdos. Y cuando hablo de recuerdos no hablo solamente
de los nuestros, que son muy frágiles porque desaparecen con nosotros, sino que
hablo de la gran memoria colectiva. Mientras exista la raza humana siempre existirá
la memoria y el recuerdo y la apreciación por las vidas de los grandes músicos,
los grandes pintores, los hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas por los demás,
quienes vivieron sus vidas en función de la máxima aspiración del ser humano
que es la vida digna y la difusión de la felicidad.
VER TAMBIEN MI PROGRAMA DE RADIO EN EMISORA COSTA DEL SOL SOBRE ESTE TEMA
Leo declaraciones de Henrique Capriles,
Ramon Guillermo Aveledo o Luis Vicente León; veo algunos videos de Vladimir Villegas, veo en la prensa que algunos alacranes como
Timoteo Zambrano y Stalin González predican la hermandad entre los venezolanos
y piden que nos sentemos a hablar con la pandilla a fin de resolver conjuntamente
los graves problemas del país y, al ver y oír todo esto, pienso que el problema
de estos compatriotas es que creen que en
Venezuela existe un gobierno con el cual solo existen algunas diferencias de opinión
y que, por lo tanto, es posible
persuadirlos a que “se porten mejor”. Pensaran ellos que los lideres de ese
gobierno son compatriotas que están animados de deseos similares a los nuestros
y que solo nos separan diferencias del cómo hacer las cosas, diferencias de estrategia.
No se dan cuenta de que en Venezuela no existe un gobierno sino una pandilla de
malhechores, usurpadores del poder político, pandilla que tiene al país de rehén
y que maniobra constantemente para mantenerse en el poder. Algunos de los
arriba mencionados ya saben que eso es así pero simplemente se han entregado
con armas y bagajes a la pandilla, para tratar de obtener algunos restos o
migajas del botín. Otros, aun cuando objetan algunas de las acciones de la
pandilla, se involucran en una toma y dame con ella, sin darse cuenta de que al
hacerlo validan su existencia, la aceptan como interlocutora, es decir, juegan
su juego.
Veamos el siguiente ejemplo: Jorge
Rodríguez, uno de los cabecillas de la pandilla acaba de decir que, a fin de
otorgar beneficios procesales a 80 opositores presos, se reunieron con
representantes de lo que él llama la oposición, es decir, gente como Stalin González,
Timoteo Zambrano y otros, para conversar sobre lo que iba a hacerse.
La pandilla liberó a un grupo de presos
políticos entre quienes estaba William Dávila y otros. Mientras
esto ocurría, al mismo tiempo que salían algunos compatriotas liberados eran apresados
otros, incluyendo un dirigente estudiantil y miembros del equipo de María
Corina Machado.
Cuando vemos esto pensamos que la participación
de esos “colaboradores” de la pandilla para conversar sobre quienes salían en libertad,
significaba al mismo tiempo que estaban conversando no solo sobre quienes debían
salir, sino -de manera inevitable – sobre quienes tendrían que quedar presos.
De esta manera tan sutil, estos personajes colaboracionistas ni siquiera se
daban cuenta de que estaban decidiendo con la pandilla sobre la suerte de
quienes quedaban presos.
Igual entrampamiento muestran quienes
dicen ir a votar en elecciones municipales el próximo domingo. Ramon Guillermo
Aveledo es uno deseos compatriotas que dice que va a ir a votar. Dice que se
equivocan quienes no lo van a hacer, argumentando que quienes no voten ayudan a
la estrategia oficial, que es la de controlar todo el poder. Los lideres de oposición
que se abstengan son culpables, añade Aveledo.
Einstein decía que quien siga
actuando de la misma manera esperando tener resultados diferentes está loco. En
julio del año pasado la pandilla se robó las elecciones que ganamos por paliza
y hoy día apenas tenemos un presidente en el exilio mientras alguien como
Aveledo, a pesar de ser un demócrata va a vkltar, es decir, a jugar el juego de
la pandilla.
El país esta entrampado porque
muchos venezolanos anteponen su pequeña parcela de intereses a la solución de
la grave tragedia nacional. Mientras haya colaboradores, mientras haya gente
que acepte cohabitar con la pandilla, esa pandilla permanecerá en el poder.
Petrushka, Igor
Stravinsky
https://www.youtube.com/watch?v=qoQburV9hpU&list=RDqoQburV9hpU&start_radio=1
SANCIONES
CONTRA VENEZUELA: VIRUS O QUIMIOTERAPIA?
https://www.elnacional.com/2025/07/sanciones-un-virus-silencioso-que-atenta-contra-la-vida/
Ver
también: https://cepr.net/publications/effects-of-international-sanctions-on-age-specific-mortality/
https://www.thelancet.com/journals/langlo/article/PIIS2214-109X(25)00189-5/fulltext
Un artículo del Sr. Jorge Alejandro Rodríguez
en El Nacional, enlace se muestra arriba, define a las sanciones políticas y
económicas contra países como “un virus que atenta contra la vida”. Basa esta
afirmación en un estudio publicado en The Lancet, volumen 13, 2025 por
Francisco Rodríguez et Al, enlaces arriba), el cual habla del efecto de las
sanciones en 152 países entre 1971 y 2021, las cuales causaron 564.558 muertes
al año, suma que sorprende por su precisión. El Sr. Jorge Alejandro Rodríguez
nos dice que este número de muertes demuestra el
carácter punitivo de las sanciones, algo cercano al genocidio. En base a este
preámbulo el autor del artículo pasa a hablar de las sanciones en Venezuela y
pide su cese, ya que no es posible seguir jugando con “la vida de los
inocentes”. Agrega, con lógica, que, si
la razón de ser de las sanciones es lograr un cambio político, ello no debe ser
a costa del derecho más elemental, el derecho a vivir.
Hemos
leído el escrito de Rodríguez et Al en la publicación a la cual se refiere el
Sr. Rodríguez (Jorge Alejandro) y confesamos que esta más allá de nuestro
entendimiento, ya que no manejamos ese nivel de conocimientos matemáticos y
estadísticos. De manera que tendremos que hacer una profesión de fe y aceptar
sus resultados como buenos o rechazarlos, pero no podemos decir que lo
entendemos.
Mis
comentarios serán, por lo tanto, en torno al tema, no sobre la validez o no de
los resultados estadísticos del texto académico de Rodríguez et Al. En este
sentido, lo que quisiera decir es lo siguiente:
1. El
trabajo de Rodríguez et Al se refiere a resultados globales en 151 países y ni
siquiera menciona específicamente a Venezuela, aunque este país sea uno de
ellos, lo que no se dice allí;
2. No
es posible suponer que el efecto negativo de las sanciones que pretende
demostrar el estudio sea uniforme sobre todos los países, ya que cada país
tendrá un complejo de problemas sociales, económicos y políticos diferentes. El
caso de Venezuela es muy particular, con un régimen dictatorial corrupto en el
poder desde hace 25 años;
3. Los
autores del trabajo académico incluyen al Sr. Mark Weisbrot. Este personaje es
un antiguo vocero del chavismo/madurismo en los estados Unidos, sin que lo
oculte. Su historia de defensa del régimen corrupto venezolano es bien conocida
en los Estados Unidos, donde decir Weisbrot es decir chavismo.
4. El
autor Francisco Rodríguez fue pagado por el Sr. Mark Weisbrot para escribir
este trabajo. Así lo dicen los autores:
Declaration of interests
FR is the owner of Ven
Analytics, a for-profit consultancy, director of Oil for Venezuela, a
non-profit organization, and an expert witness in litigation involving
Venezuela. SR and FR received financial support from the Center for Economic
and Policy Research (CEPR) during the research phase.
5. En
base a 3 y 4 es posible, no puedo asegurarlo, que el trabajo académico contenga
algún sesgo orientado a desprestigiar la estrategia de las sanciones en países
como Venezuela. En efecto, existe una campaña intensa en este sentido por gente
que rechaza las sanciones de buena fe y también de mala fe
6. Las
sanciones contra Venezuela son de dos tipos, sanciones personales contra los
narcos, lavadores de dinero y ladrones del régimen de Nicolas Maduro y
sanciones económicas contra el régimen. Suponemos nosotros que las sanciones personales
no son rechazadas por el Sr. Jorge Alejandro Rodríguez. En el caso venezolano
las otras sanciones, las económicas, si tienen un efecto negativo inevitable
sobre la población. Sin embargo, todos los venezolanos conocemos cual ha sido
la actitud del régimen dictatorial venezolano desde su inicio en 2000, primero,
y luego, durante los años de las sanciones económicas impuestas a Maduro,
esencialmente desde 2018 en adelante. La actitud predominante ha sido una de
robo descarado y sistemático de los dineros públicos, los cuales montaron
durante los últimos 25 años a casi dos trillones de dólares, más que en toda la
historia anterior de Venezuela como nación. Durante estos 25 años el pais se ha
empobrecido, la gente ha muerto de hambre, se ha tenido que ir del pais una
tercera parte de la población, los militares y los civiles del régimen han
saqueado las arcas públicas. El país ha sido destruido. ¿Y el Sr. Rodríguez sugiere
que ese desastre ha tenido como causa predominante las sanciones que se
iniciaron en 2018?
7. La
tesis de quien así podría pensar es que si las sanciones no existieran el
dinero adicional que ingresa a Venezuela será utilizado para beneficio de los
venezolanos. Pero ya hemos visto que ese nunca ha sido el caso durante el
chavismo/madurismo. Mas dinero en manos de Chávez y de Maduro ha sido más
dinero para robarlo, para despilfarrarlo, manteniendo al pueblo en estado miserable.
En
fin, pienso que las sanciones son contra Maduro y su pandilla, no contra
Venezuela, ya que ellas buscan la expulsión de los ladrones del poder y pueden
verse no como un virus sino como quimioterapia, es decir, un instrumento de sanación
que tiene severos efectos secundarios en el paciente. Pero, la quimioterapia es
todavía hoy una de las mejores armas contra el cáncer, nadie está pidiendo su eliminación.
RECUERDOS DE LA MADRE “CHELL”
**** ASI LA LLAMABAN SUS TRABAJADORES EN MARACAIBO
**** UNA EMPRESA ES FUNDAMENTALMENTE UN GRUPO DE GENTE UNIDO POR UN
OBJETIVO COMUN
**** RECORDAR A LA EMPRESA ES RECORDAR A SU GENTE
Una de las ventajas de llegar a
viejo es que ello nos da tiempo para ser agradecidos. Hoy me he levantado
pensando en algunos de mis compañeros de trabajo en la empresa Shell de
Venezuela, donde labore por 21 años. He pensado en ellos, tantos amigos
inolvidables, y en la Shell porque estoy muy agradecido por todo lo que la
empresa hizo por mí, por ayudarme a ser mejor y feliz, no solo durante mi estadía
en ella sino también después, cuando me moví en otros ambientes utilizando la
experiencia que adquirí en Shell.
En 1951 la Universidad Central de Venezuela había sido cerrada por el
dictador Marcos Pérez Jiménez y me vi obligado a salir de Venezuela a seguir
mis estudios universitarios en la Universidad de Tulsa, Oklahoma. Me fui financiado por mis padres,
quienes me enviaban desde Los Teques la mitad de sus ingresos, unos $80 al mes,
mientras ellos y mi hermana vivían con la otra mitad. Al final de mi primer año,
con resultados excelentes, la compañía Shell de Venezuela me otorgó una beca de
$150 al mes, gracias a lo cual yo comencé a enviarle dinero a mis padres. Fui
un pionero de las remesas.
En 1953 pasé mis
vacaciones de verano en Maracaibo y sitios cercanos, en un programa de
entrenamiento que me preparó Shell, el cual me llevó a Bucarito, en el estado Lara, a
unirme a un grupo de geología de campo al mando de un geólogo holandés llamado
Eddie Van Der Meulen, luego al estado Trujillo donde operaba un grupo de
exploración sísmica y, finalmente, al laboratorio de la empresa en Maracaibo,
donde aprendí rudimentos de palinología (estudio del polen fósil, para
establecer edades geológicas relativas), trabajando unas semanas con el
palinólogo Jan Müller y estudiando la micropaleontología del terciario (estudio
de foraminíferos con poéticos nombres como Globigerinas y
Globotruncanas) bajo la guía de Hans Bolli y de un extraordinario
joven técnico venezolano de apellido Fuenmayor. Mis recuerdos de esas
vacaciones en Maracaibo son inolvidables. Vivía en el campamento de Bella
Vista, que tenía un club donde se jugaba tenis y se tomaba shandy (una mezcla
de cerveza con limonada). Las mujeres de Maracaibo me cautivaron para siempre.
Me gradué en 1955 y regresé a
trabajar en Maracaibo, en las oficinas del edificio llamado Las Laras, de gran
belleza.
Mi oficina de geólogo estaba en el
segundo piso
Muchos de los geólogos con quienes
trabajé y compartí tareas de campo ya eran de renombre internacional: Jan Van
Andel, Jan Hospers, mi entrañable mentor Konrad Habicht, Otto Renz, Hans
Schaub, Harold Reading, Eddie Frankl, Rudy Blaser, Bill Milroy, Jacques
Follot (muerto en Argelia durante la revolución de los Pied Noir), Jan
Bodenhausen, Myles Bowen, José Méndez Zapata, Gustavo Feo
Codecido. Ellos viven en mi memoria. En Shell conocí y me enamoré de
quien fue mi esposa por 62 años, Marianela.
Durante mi estadía en Maracaibo
conocí a algunos de los venezolanos quienes ya ocupaban posiciones de
importancia en la empresa, en especial, los geólogos César Rosales y José
Rafael Domínguez. Con Domínguez tuve una amistad bastante estrecha y
compartimos luego tareas en la empresa y en PDVSA. Cuando coordiné en PDVSA el
proceso de racionalización que llevó el número de empresas de 14 a 3, Domínguez
fue miembro del Comité de Racionalización y me dio mucho apoyo.
Cuando fui transferido a
Lagunillas para aprender las tareas de Producción, después de casi diez años en
Exploración, conocí a un grupo de venezolanos de quien aprendí esas nuevas
técnicas: Simón Antúnez, Ricardo Corrie, Hans Krause, Gustavo Inciarte, Frank Rubio (estadounidense) y me reencontré
con Miguel Fraíno, con quien había estudiado en Tulsa y quien se había
convertido en un extraordinario Petrofísico (Especialista en interpretación de
registros eléctricos). En Lagunillas conocí a C.C. Pocock, quien llegaría a ser
Chairman del grupo Shell y a su bella esposa, quienes se interesaron por mi
carrera, al encontrarme una madrugada entrando al hotel Lagunillas cubierto de
barro de perforación, mientras ellos salían de una fiesta. Pocock me dijo: “Me
alegro ver que hay quien trabaja duro, mientras nosotros estamos de fiesta”. Un
encuentro serendípico que marcó mi carrera y que narro en un libro “Mis Viajes
a Serendip”, en proceso de publicación en AMAZON.
Corrí aventuras geológicas y
políticas en Europa, Indonesia y Estados Unidos y regresé a Shell Venezuela en
1970, compartiendo con José Rafael Domínguez y con Marcos Marín tareas en Shell
Sur del lago, donde perforamos un pozo que resultó seco. Cuando tuve que ir a
la directiva de Shell a reportar el resultado y mencioné que habíamos
encontrado el objetivo del Eoceno, pero sin petróleo, Alberto Quirós, quien ya
era director, dijo: “Entendemos. La operación fue un éxito científico pero el
paciente se les murió”.
En esa Shell Venezuela, durante la
década de los 70, trabajé en Caracas y llegué a conocer a la plana mayor de la
empresa. El presidente Jan De Liefde fue remplazado por Ken Wetherell, por
quien tuve gran afecto. El vicepresidente era Desmond Watkins, quien luego
quedaría como presidente de Shell Venezuela y seria remplazado por Alberto Quirós.
José Giacopini Zarraga, una
leyenda venezolana, era el asesor de Wetherell para asuntos
políticos. Alberto Quirós Corradi ya ocupaba cargos de gran
importancia y venezolanos como Hugo Finol, Carlos Castillo, Samuel Wilhem,
Rafael Pardo Ponte, Emilio Abouhamad, Oliver Campbell, Ramón Cornieles, Pablo
Reimpell, Nelson Vásquez, Lucio Mazzei, J.J. Carrillo y otros ocupaban
posiciones gerenciales/operacionales de alto nivel. Jóvenes como Arnold
Volkenborn, José Capobianco, Eustoquio García, Eduardo Blanco (Mr.
Magoo), Jorge Zemella, Luis Giusti, Simón Díaz, Gustavo Inciarte y Hans Krause
y aún más jóvenes colegas geólogos como Vladimir Gamboa, Tito Boesi, Ovidio
Suárez, Aura Neuman y José Matos, integraban la nueva generación
de geólogos de la empresa. Quizás algunos entraron durante el tiempo en el cual
se iba Shell y llegaba Maraven, mi memoria ya no está clara.
En 197 1yo había sido designado
Gerente de Relaciones Comerciales, una posición a nivel medio alto, y me tocaba
– entre otras actividades de planificación estratégica y de desarrollo
organizacional – coordinar las actividades de la empresa con el Ministerio de
Energía y Petróleo, en especial con el severo y extraordinario venezolano que
fue Luis Plaz Bruzual. Durante esos años comenzó a hablarse de nacionalización
y se llevó a cabo un gran debate nacional sobre este tema. Junto con Marcos
Marín Marcano y Odoardo León Ponte fundamos una asociación de técnicos y
gerentes petroleros, AGROPET, la cual jugó un papel importante en el proceso de
nacionalización. Durante los largos meses de debate conocí e interactué con
maravillosos técnicos y gerentes petroleros venezolanos, a quienes recuerdo con
gran respeto y afecto. No podría enumerarlos a todos. Pertenecieron no solo a
Shell sino a otras empresas del sector. En una ocasión, enero 1974, logramos
hacerle seis presentaciones sobre la situación de la industria petrolera al
presidente Carlos Andrés Pérez en Miraflores, donde él estuvo acompañado por su
gabinete y miembros del congreso. Esa reunión fue fundamental para sembrar en
el presidente Pérez la idea de que el proceso no sería tan sencillo como lo
predicaban los integrantes del sector político, para muchos de quienes el
petróleo “salía fácil de la tierra y se vendía solo” y “lo venían a comprar en
nuestros puertos”.
De aquel grupo de venezolanos y
extranjeros con quienes compartí tareas en Shell Venezuela quedan pocos. Las
memorias se hacen un poco más difusas. Recuerdo todavía al apreciado catire
Maal, ya retirado, parado frente a las oficinas de la empresa, primero en San
Bernardino, luego en Chuao, al mediodía, viendo pasar las muchachas y haciendo
comentarios sobre su belleza. Recuerdo los choferes de la Línea VOLLMER, todos
maravillosos, en especial a quien fue mi chofer después, el Señor Antonio González
(QEPD). Recuerdo a Tabaquito, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2014/08/the-death-of-tabaquitola-muerte-de.html, llevando
los diarios a mi oficina con su eterna sonrisa y su incurable optimismo.
Recuerdo los juegos de softball en los cuales gerentes, especialistas, choferes
y mensajeros se divertían en grupo. En uno de los cocteles en Maracaibo un
joven recién empleado se le acercó a Quirós, quien ya era vicepresidente de la
empresa y le dijo: “¿Vos jugáis softball? “. Y cuando Quirós dijo que no, el
joven le dijo: “¡Entonces no vais a poder progresar en esta compañía”! Recuerdo
mi grupo de trabajo, Mariela Ruiz, Pedro Aranguren, Caricio Anzola y a los
brillantes jóvenes recién graduados de MIT, quienes comenzaron sus carreras en
nuestro grupo cuando ya éramos Maraven, Moisés Naim y Raúl Arriaga.
Esa Shell Venezuela de mi juventud
y primera madurez (he tenido varias) es como una bella postal antigua, ya que
de mi primer contacto con ella han transcurrido 74 años. Para mí la
Shell Venezuela/ Maraven fue principalmente gente, rostros, personas y
personalidades, con quienes pasé una buena parte de mi vida, día a día y fueron
una importante parte de mi vida. En Lagunillas, La Haya, Yakarta, Balikpapan,
Hong Kong, Maracaibo, Tulsa y Nueva York, siempre me sentí apoyado por su
organización. Nunca tuve que pedirle un aumento de salario, el cual llegaba en
el momento preciso. Planificaron mi carrera con cuidado. Cuando fui director de
Maraven y tuve acceso a mi archivo personal de Shell pude constatar la atención
que recibí desde que llegué a Maracaibo en 1955, recién graduado. Mis supervisores,
Smith, Schaub, Milroy, Renz, me trataron con una actitud cercana a lo paternal.
Todavía recuerdo cuando Marianela,
mis pequeños hijos y yo salimos de Indonesia, en 1965, con lo que teníamos
puesto, huyendo de un país en plena y peligrosa crisis política, al borde de un
gran baño de sangre. Al entrar al barco que nos llevaría a Hong Kong, el MS
Victoria, me entregaron un sobre abultado con el logo Shell. Contenía pasajes,
dinero, información, todo lo necesario para mi regreso a Venezuela, sano y
salvo. Era la madre “Chell” en acción.
Caminante, no hay camino, solo
estelas en la mar.
1 comentario:
Carmichael Pocock se fue muy temprano yo creo que ni los 59 llegó a cumplir. Peleó en la WWII, estaba hecho de otra pasta en cuanto y en tanto gerente, hombre de mundo y petrolero, estoy seguro que varios fueron sus pupilos en Venezuela. Creo que su esposa aún vive. Luego ella se casó con un vizconde en las islas británicas descendiente de uno de los fundadores de Shell.
Un petrolero que Caldera bypasseó cuando nombre a Giusti fue Julius Trinkunas que era la gran esperanza blanca.
Eso está en un libro muy mal escrito que sobre Luis sacó um periodista José E. Arriojas, parte de la colección El Nacional... Miguel Henrique siempre metiendo la cizañ cuando era chavista, al final de los 90. De nada le sirvió.
Abrazos,
Abdo.
Argentina.
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