viernes, 14 de noviembre de 2025

DIARIO DE VIERNES

 DIARIO DE VIERNES

 


ANOTACIONES A UN ARTICULO DE JAVIER CORRALES SOBRE VENEZUELA


Un artículo publicado por Javier Corrales en el New York Times, verlo aquí: https://www.nytimes.com/es/2025/11/05/espanol/opinion/maduro-venezuela-trump.html , titulado: EL PLAN DE MADURO PARA PERPETUAR SU DICTADURA, contiene importantes consideraciones sobre el régimen de Nicolas Maduro que deseamos comentar, al menos parcialmente. Nuestros comentarios se muestran en itálicas. 

Nos dice Javier:

“Durante años, los analistas han pronosticado la caída del presidente Nicolás Maduro. Pero el dictador venezolano se ha aferrado al poder, pese a haber gobernado durante una de las peores contracciones económicas de la historia moderna, con índices de aprobación en caída libre, derrotas electorales aplastantes y sanciones financieras internacionales severas”.

Creo que Javier pudiera haber agregado que la sobrevivencia de Maduro ha sido grandemente facilitada por

·      un ejército traidor, cómplice de sus fechorías, hasta el punto de que ya no es Maduro quien controla al ejército sino el ejército que controla a Maduro;

·        la cobardía de una buena parte del liderazgo político venezolano y del sector empresarial, gente codiciosa, sin principios, los llamados alacranes y/o normalizadores;  

·      la insistencia de los países democráticos amigos en llevar a la oposición a mantener uno tras otro dialogo improductivo, y hasta fraudulento con el régimen, en los cuales el régimen hacia promesas que luego desconocería, mientras ganaba tiempo en el poder

·       los vaivenes de la política de USA hacia el país, hoy dura y critica pero apenas ayer conciliadora y negociadora, hasta con intenciones de tenderle a Maduro un puente de plata.

Agrega Javier:

“Aunque nunca gozó de una base popular sólida, Maduro no comenzó siendo un dictador despiadado. Cuando fue elegido presidente de Venezuela en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, heredó un movimiento que en gran medida lo respaldaba como el sucesor designado por Chávez. Pero a medida que los precios del petróleo se desplomaron y la economía entró en crisis, el escaso apoyo popular que tenía se desvaneció con rapidez, lo que lo llevó a abandonar cualquier pretensión de democracia”.

Javier se muestra un tanto ingenuo al decir que Maduro comenzó con pretensiones de democracia, las cuales se desvanecieron cuando el petróleo dejo de proveer suficientes ingresos. Aún más que Chávez, Maduro es un producto del adoctrinamiento castrista y podría hasta sospecharse que Chávez fue liquidado por los cubanos para colocar a Maduro en su lugar, a fin de acelerar su toma de control del país, fenómeno que está plenamente documentado. Sus criminales acciones posteriores, mencionadas por Javier, así lo confirman.

Dice Javier:

“El segundo nivel de la dictadura de Maduro, y quizá el elemento más importante y distintivo de su estrategia de supervivencia, es lo que yo denomino “fusión funcional”: conceder a instituciones o grupos existentes la autoridad para desempeñar funciones económicas que tradicionalmente correspondían a otros sectores. Esta maniobra le ha permitido al régimen de Maduro cooptar a una masa crítica de instituciones y actores, convirtiéndolos en fervientes partidarios del statu quo. Maduro ha permitido que altos mandos de las fuerzas armadas y del poder judicial participen en una amplia gama de negocios, legales e ilegales. Oficiales dirigen empresas estatales, crean empresas privadas que se benefician de contratos públicos y participan en redes de contrabando de gasolina, minerales y drogas. Estos militares-empresarios amasan fortunas mientras el resto de la sociedad hace fila para comer. Saben que su prosperidad económica depende del favor del dictador”.

Esta estrategia que Javier llama Fusión Funcional ya existía durante la etapa de Hugo Chávez, quien promovió la corrupción de la fuerza armada a fin de hacerla su cómplice, manteniendo su control sobre ella, ayudado por su carisma y condición militar. Ese control no es tan cierto de la etapa de maduro, sin el mismo carisma y sin ascendencia militar, por lo cual Maduro ha pasado a ser un socio de la Fuerza Armada, no su jefe.

“Dice Javier: La apuesta de Maduro es arriesgada. Su sistema ha cultivado una élite interna del régimen que, probablemente, concentra más poder que en otras autocracias; si lo desearan, podrían incluso apartarlo del poder. Es posible que el gobierno de Trump espere que la demostración de fuerza militar de Estados Unidos en el Caribe —y las amenazas de ataques terrestres dentro de Venezuela— provoquen este tipo de motín. Pero incluso si estos grupos se rebelaran y lograran presionar con éxito a Maduro para que dejara el poder, es difícil decir qué ocurriría después. Es casi seguro que muchos no actuarían con la intención de fomentar un cambio total de régimen, sino de cambiar a Maduro por otra figura que preserve las redes exclusivas de clientelismo que los mantienen. He aquí el principal desafío para cualquier intento futuro de desmantelar la dictadura en Venezuela. La sociedad civil difícilmente podrá reunir los recursos necesarios para desarticular la estructura política que Maduro ha construido. Cualquiera que aspire a establecer un nuevo orden político probablemente necesitará la cooperación de la confederación interna del régimen. Pero los miembros de esta clase privilegiada no estarán dispuestos a colaborar con esfuerzos que impliquen destruir el sistema del cual depende su poder”

Advierto en este párrafo una sobrevaloración de lo que Javier llama “la estructura política que Maduro ha construido”, añadiendo que cualquiera que intente establecer un nuevo orden político necesitaría la cooperación de la confederación interna del régimen. Sinceramente, no veo que exista una confederación interna, en el sentido de una maquinaria de poder que se ha hecho indispensable para la gobernanza futura, aun de quien llegue a instalar una democracia, como sería el caso del equipo EGU/MCM, apoyado por una inmensa mayoría de los venezolanos. La historia de la caída de pasadas dictaduras no confirma esta lectura de Javier. Si se quiere, la dictadura de Juan Vicente Gómez de 35 años fue más absoluta que esta, con mucho más apoyo de las elites empresariales y sociales de la época. Sin embargo, fue reemplazada sin mayores traumas por miembros de la misma gente que la había servido, en un plan de democratización progresiva. No eran vistos por el país como una pandilla de criminales, como hoy se percibe el aparato burocrático de Maduro. Esa gente está aterrada a título individual y sabe que el andamiaje no perdurar mucho tiempo más, por lo cual cada uno está en búsqueda de su salida particular, con el menor trauma posible. En Venezuela la tendencia siempre ha sido blandengue, dispuesta a perdonar y los séquitos gomecistas y de Pérez Jiménez no fueron tocados. Estos séquitos de alacranes y normalizadores de Maduro tampoco lo serán. A lo sumo, si la sociedad venezolana presiona lo suficiente, irán a la cárcel unos 20 a 30 protagonistas del desastre. Otros morirán en Italia, en Francia, en España, en sus castillos o mansiones, no es verdad Tobías, o, inclusive, podrán postularse para presidentes de la Venezuela democrática, ayudados por sus ahorros, ¿no es verdad Rafael?

Termina Javier diciendo:  

“Maduro podrá ser odiado por la mayor parte de la sociedad y menospreciado incluso por muchos de sus propios aliados. Pero ha demostrado ser un astuto arquitecto de su régimen: uno en el que las únicas personas capaces de derribarlo son, precisamente, las que más perderían con su caída”.

Lo cierto parece ser que ya existen demasiadas fracturas, demasiada desconfianza, entre los miembros de la pandilla. Mas que mantener el edificio en pie, la urgencia se ha trasladado a correr para no ser aplastado bajo los escombros del monstruo que se derrumba.  

UNA PERSPECTIVA POCO CONVENCIONAL SOBRE EL ASUNTO ESEQUIBO


A la memoria del ilustre venezolano Francisco Kerdel Vegas

Cuando a Nikita Krushev le hablaban del Berlín Occidental, respondía que ese “era un hueso atravesado en su garganta”. Lo mismo sucede a los venezolanos cuando se habla de la región del Esequibo, la cual fue objeto de una decisión arbitral adversa que la adjudico a Inglaterra. La disputa sobre esta decisión ya dura unos 120 años y sigue firmemente arraigada en el subconsciente venezolano, aunque torpemente manejada por los gobiernos de turno de las últimas décadas.

Chávez prefirió abandonar el reclamo a fin de seducir a los países caribeños para sus propósitos de instalar el llamado socialismo del siglo XXI en toda la región latinoamericana. Nadie llamó traidor a Chávez por esta postura, pero cualquier venezolano común que hable de abandonar el reclamo sobre el Esequibo corre un alto riesgo de ser clasificado como antipatriota. 

Sin embargo, a la luz de los tiempos que corren y de las realidades geopolíticas existentes parecería sensato comenzar a pensar sobre el asunto Esequibo “fuera de la caja”.

Hace algunos años el ilustre venezolano Francisco Kerdel Vegas sugirió que Venezuela podría acordar con Guyana una novedosa solución binacional. Esta propuesta fue  someramente descrita así por Pompeyo Márquez, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2021/01/algunas-reflexiones-sobre-la.html  y el artículo:  http://institutodeestudiosfronterizos1.blogspot.com/2008/06/:    Soy testigo de que se estaba cerca de una solución práctica y pacífica [para el Esequibo, durante la presidencia de] Carlos Andrés Pérez. Entonces ello fue frustrado por tesis extremas. Existe una propuesta del embajador Francisco Kerdel Vegas consistente en construir un Parque de la Paz entre Venezuela y Guyana en esa zona fronteriza. Este Parque estaría en manos de Naciones Unidas y aumentaría pulmones vegetales para la humanidad. Esta tesis ha sido recogida por la doctora María E. Rodríguez Febres Cordero en su tesis de grado bajo la tutoría de la doctora Angelina Jaffé Carbonell y con el título de "La Reclamación del Territorio Esequibo: Una Propuesta Ambiental".

En 2003 escribí un artículo en www.VHeadlines.com , el cual desapareció junto con la publicación, en el cual abogaba por una solución similar de un gran Parque Binacional, sin conocer, en aquel momento, la propuesta hecha por el insigne venezolano Francisco Kerdel Vegas.

Con todo respeto por quienes piensan diferente y sin pronunciarme sobre la validez o no de nuestro reclamo histórico, pienso que esta es una idea que debe ser seriamente considerada por los venezolanos, por las siguientes razones:

1.   Ya la zona en disputa no es de Inglaterra, sino que forma parte de una nación independiente, Guyana. Más aún, la zona en reclamación sería equivalente a la mitad del territorio guyanés, algo que sería inaceptable para Guyana y visto como virtualmente imposible desde la óptica geopolítica actual

2.   Actualmente y por el futuro previsible Guyana tiene el completo apoyo de toda la región en este diferendo. Ni Cuba, la tutora del régimen chavista, está a favor de la posición venezolana. Los países miembros de Petrocaribe, los cuales han recibido dádivas cuantiosas del régimen chavista y son esencialmente leales a ese régimen en el seno de la OEA tampoco apoyan la posición de Venezuela

3.   Los intereses de las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y China, están firmemente enlazados con Guyana debido al desarrollo petrolero que se lleva a cabo allí, en el cual ambas potencias están involucradas.

4.   La tendencia mundial, probablemente irreversible, es hacia una mayor conservación de las áreas forestales que han sido objeto de depredación y explotación irracional en el pasado. La idea de una extensa zona forestal protegida para el bienestar de la humanidad sería sumamente atractiva para todos los países del planeta

5.    El territorio actual de Venezuela está en estado caótico, el cual requerirá de gigantescos esfuerzos de recuperación por parte de futuros gobiernos democráticos, honestos y realmente venezolanistas, es decir, lo diametralmente opuesto a la tragedia venezolana actual. Nuestro país no necesita más territorio sino cuidar mejor el territorio que ya posee. ¿Para qué más, si hemos destruido lo que tenemos? Arreglemos nuestro hogar, antes de pensar en añadirle habitaciones

Creo probable que Venezuela pudiera obtener algunas concesiones en materia de desarrollo petrolero conjunto  en algunas áreas costa afuera, como parte de una propuesta de solución binacional o, inclusive, multinacional, sobre el territorio en disputa, designándolo como gran Zona Protegida para la Humanidad, con un plan de protección ecológica y de desarrollo forestal o minero muy controlado, a fin de proteger el ambiente.

Desde la epopeya continental del ejército libertador, hasta nuestras ayudas a la solución de conflictos agudos en la región latinoamericana, Venezuela ha tenido relevancia mundial al tomar generosas iniciativas de gran aliento, más allá de sus fronteras físicas o políticas. Una iniciativa venezolana para resolver el conflicto sobre el Esequibo de esta manera nos pondría a la cabeza del movimiento conservacionista mundial, nos daría el prestigio moral que Venezuela como sociedad ha perdido a manos del régimen chavista/madurista y estaría más en línea con las tendencias que se acentúan hoy para preservar la vida humana, en un planeta acosado por un deterioro generado por la insensatez.

Nuestra nación necesita ser llamada de nuevo a la grandeza, ciertamente no a la categoría de potencia, como pretende el grotesco Plan de la Patria, sino al liderazgo moral. Esa es la verdadera grandeza.     

EL ADIOS DE ANDRES SEGOVIA


https://www.youtube.com/watch?v=9xGrjWt1hco#:~:text=Andres%20Segovia%20in%20concert%20plays%20Prelude%20No.1,Video%20:%20This%20is%20one%20of%20the

Este es probablemente el último concierto ofrecido por Segovia, a los 94 años. Toca el Preludio 1 de Heitor Villalobos ante una conmovida audiencia.

LA OPINION DE RODOLFO IZAGUIRRE SOBRE MI PROYECTO DE EDUCACION CIUDADANA


ESTA OPINION DE RODOLFO IZAGUIRRE SOBRE MI PROYECTO DE EDUCACION CIUDADANA FUE PUBLICADA EN EL NACIONAL 

La madre se ilusiona al ver a la hija de cuatro años con tutú y zapatillas. Da por sentado que al crecer continuará abrazada a Terpsícore, pero no entiende que tendrá que esperar a que la niña crezca, se desarrolle y evidencie condiciones físicas y disposición de oído y sensibilidad artística y musical. Tendrá que esperar a que el tiempo haga posible que su ilusión se convierta en auténtico alborozo porque puede ocurrir lo contrario: que al crecer en lugar de líneas esbeltas y armoniosas, como exige el ballet, la niña muestre excesivas protuberancias y un cuerpo macizo o descolorido.

De igual manera tendremos que esperar el paso del tiempo para saber si el niño será médico, abogado, poeta, mecánico latonero, carpintero o afinador de piano. La educación, la formación universitaria requieren tiempo; piden serenidad para ordenar los movimientos que se suceden a medida que avanzamos en la edad y el conocimiento. 

Cuando nací hace noventa y cuatro años en una Caracas decididamente provinciana se decía de ella que contaba con doscientas mil almas. Una manera de alta nobleza para señalar la beatitud de espíritu de sus gentes. Hoy puede contar con cinco millones de habitantes, muchos de ellos convertidos en usuarios y muy pocos en ciudadanos equipados de conciencia civil, conocedores de los deberes y derechos señalados y otorgados por una Constitución sin manchas y por leyes sin piquetes al revés.

Hoy escucho una voz que pide ser escuchada. Es la voz de un venezolano que considero irrepetible llamado Gustavo Coronel. No tengo espacio para hacerlo y dejo que sea Google quien diga cuáles son los méritos de Gustavo Coronel. De entrada, él afirma que “con gente como Maduro, la familia Chávez, El Aissaimi, Padrino López y sus cómplices y colaboracionistas nunca tendremos una Venezuela digna.” Y advierte: “con un gentío silencioso, sin masa crítica ciudadana, seguiremos chapoteando en el atraso. ¡Si no nos vemos en el espejo tal cual somos, nunca podremos salir adelante!”

 

Bajo el socialismo del siglo 21 el país sufre lo indecible, pero para Gustavo Coronel el problema de fondo está en la mediocridad de la sociedad venezolana y establece que de los 32 millones de venezolanos cinco son buenos ciudadanos activos; 15 son potenciales buenos ciudadanos que viven pasivamente; 10, son gente indiferente que solo se preocupan de su propio bienestar a costa del bienestar colectivo; 2 millones son criminales y delincuentes, desde hampones a ministros, carecen por completo de conciencia ciudadana y solo persiguen la acumulación de poder y de riquezas mal habidas, no importa cómo. Los 20 años de este siglo XXI, dice, han sellado la tragedia y han llevado al país a la ruina.

Gustavo Coronel propone un Plan que debería considerarse como política de estado. ¡Lo encuentro magistral! Se extendería a lo largo de dos generaciones: el Plan no es otro que ¡fabricar ciudadanos! “Después de 45 años de casi continua declinación y deterioro se requiere un cambio actitudinal profundo que solo puede ser efectuado por un país de ciudadanos. El cambio que necesita el país no es el cambio que se dio en 1999, ése de una democracia ineficiente y mediocre a una dictadura cruel y corrupta. No necesitamos cambiar para empeorar. La única manera de mejorar es mejorando la materia prima ciudadana y ello debe ser el producto de una labor perseverante que tomará dos generaciones. Convertir al país en una fábrica de ciudadanos. No hay atajos, no hay caminos verdes populistas y mágicos. Este es el único camino que nos llevará a la meta deseada. Y llevarlo a cabo es perfectamente posible si existe la convicción de que es indispensable y se acomete como parte de una política de estado que trascienda los quinquenios políticos.

Si nuestro liderazgo no lo entiende así y persiste en ignorar esta verdad tan elemental, el país siempre quedará al nivel de los más atrasados del planeta”. 

Se trata de una utopía necesaria y realizable que adoptaría eficaces técnicas educativas; sería permanente en el tiempo y de caracter obligatorio; se evaluaría con regularidad y contaría con ayuda internacional.

Gustavo Coronel se pregunta: ¿si la necesidad de fabricar buenos ciudadanos activos es evidente, por qué no se ha llevado a cabo este Plan? Y él mismo responde: “porque la medición de sus efectos tomaría mucho tiempo, más allá de lo que el liderazgo político generalmente considera deseable para sus fines. En efecto, la medida de tiempo usual para un proyecto político es de seis años, es decir, la duración de un ciclo de gobierno. De allí que cada nuevo gobernante traiga consigo su visión particular, casi siempre con abandono de toda la precedente”. 

“En Venezuela los presidentes del siglo XX estructuraron programas denominados como La Gran Venezuela, El Gran Viraje, El Pacto Social y La Reestructuración del Estado, El Cambio Va, cada uno de ellos orientado a darle un vuelco a la situación del país en el breve término de un mandato de seis años”. 

“Fabricar ciudadanos es una tarea que tomará entre una y dos generaciones para que el país sienta su pleno impacto en la conducta y actitud ciudadana de sus pobladores. Para que el liderazgo político asuma el compromiso de iniciar y mantener en el tiempo un proyecto de esta naturaleza deberá ejercer su poder político con grandeza y visión de largo plazo”.  

Me enorgullece, digo yo, apoyar un Plan como éste de educación civil capaz de fabricar ciudadanos y estoy dispuesto a prolongar cincuenta años más mi nonagenaria edad sólo para verlo florecer y dar los frutos que anhelamos.

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