DIARIO DE VIERNES
ANOTACIONES
A UN ARTICULO DE JAVIER CORRALES SOBRE VENEZUELA
Un artículo publicado por Javier Corrales en el New York Times, verlo aquí: https://www.nytimes.com/es/2025/11/05/espanol/opinion/maduro-venezuela-trump.html , titulado: EL PLAN DE MADURO PARA PERPETUAR SU DICTADURA, contiene importantes consideraciones sobre el régimen de Nicolas Maduro que deseamos comentar, al menos parcialmente. Nuestros comentarios se muestran en itálicas.
Nos
dice Javier:
“Durante
años, los analistas han pronosticado la caída del presidente Nicolás Maduro.
Pero el dictador venezolano se ha aferrado al poder, pese a haber gobernado
durante una de las peores contracciones económicas de la historia moderna, con
índices de aprobación en caída libre, derrotas electorales aplastantes y
sanciones financieras internacionales severas”.
Creo
que Javier pudiera haber agregado que la sobrevivencia de Maduro ha sido grandemente
facilitada por
·
un ejército traidor, cómplice de sus fechorías,
hasta el punto de que ya no es Maduro quien controla al ejército sino el ejército
que controla a Maduro;
·
la cobardía de una buena parte del liderazgo político
venezolano y del sector empresarial, gente codiciosa, sin principios, los llamados
alacranes y/o normalizadores;
·
la insistencia de los países democráticos
amigos en llevar a la oposición a mantener uno tras otro dialogo improductivo,
y hasta fraudulento con el régimen, en los cuales el régimen hacia promesas que
luego desconocería, mientras ganaba tiempo en el poder
·
los vaivenes de la política de USA hacia el país,
hoy dura y critica pero apenas ayer conciliadora y negociadora, hasta con
intenciones de tenderle a Maduro un puente de plata.
Agrega
Javier:
“Aunque
nunca gozó de una base popular sólida, Maduro no comenzó siendo un dictador
despiadado. Cuando fue elegido presidente de Venezuela en 2013, tras la muerte
de Hugo Chávez, heredó un movimiento que en gran medida lo respaldaba como el
sucesor designado por Chávez. Pero a medida que los precios del petróleo se
desplomaron y la economía entró en crisis, el escaso apoyo popular que tenía se
desvaneció con rapidez, lo que lo llevó a abandonar cualquier pretensión de
democracia”.
Javier se muestra un tanto ingenuo al
decir que Maduro comenzó con pretensiones de democracia, las cuales se
desvanecieron cuando el petróleo dejo de proveer suficientes ingresos. Aún más
que Chávez, Maduro es un producto del adoctrinamiento castrista y podría hasta sospecharse
que Chávez fue liquidado por los cubanos para colocar a Maduro en su lugar, a
fin de acelerar su toma de control del país, fenómeno que está plenamente documentado.
Sus criminales acciones posteriores, mencionadas por Javier, así lo confirman.
Dice
Javier:
“El
segundo nivel de la dictadura de Maduro, y quizá el elemento más importante y
distintivo de su estrategia de supervivencia, es lo que yo denomino “fusión
funcional”: conceder a instituciones o grupos existentes la autoridad para
desempeñar funciones económicas que tradicionalmente correspondían a otros
sectores. Esta maniobra le ha permitido al régimen de Maduro cooptar a una masa
crítica de instituciones y actores, convirtiéndolos en fervientes partidarios
del statu quo. Maduro ha permitido que
altos mandos de las fuerzas armadas y del poder judicial participen en una
amplia gama de negocios, legales e ilegales. Oficiales dirigen empresas
estatales, crean empresas privadas que se benefician de contratos públicos y
participan en redes de contrabando de gasolina, minerales y drogas. Estos
militares-empresarios amasan fortunas mientras el resto de la sociedad hace
fila para comer. Saben que su prosperidad económica depende del favor del
dictador”.
Esta estrategia que Javier llama Fusión
Funcional ya existía durante la etapa de Hugo Chávez, quien promovió la corrupción
de la fuerza armada a fin de hacerla su cómplice, manteniendo su control sobre
ella, ayudado por su carisma y condición militar. Ese control no es tan cierto
de la etapa de maduro, sin el mismo carisma y sin ascendencia militar, por lo
cual Maduro ha pasado a ser un socio de la Fuerza Armada, no su jefe.
“Dice
Javier: La apuesta de Maduro es arriesgada. Su sistema ha cultivado una élite
interna del régimen que, probablemente, concentra más poder que en otras
autocracias; si lo desearan, podrían incluso apartarlo del poder. Es posible
que el gobierno de Trump espere que la demostración de fuerza militar de
Estados Unidos en el Caribe —y las amenazas de ataques terrestres dentro de
Venezuela— provoquen este tipo de motín. Pero incluso si estos grupos se
rebelaran y lograran presionar con éxito a Maduro para que dejara el poder, es
difícil decir qué ocurriría después. Es casi seguro que muchos no actuarían con
la intención de fomentar un cambio total de régimen, sino de cambiar a Maduro
por otra figura que preserve las redes exclusivas de clientelismo que los
mantienen. He aquí el principal desafío para cualquier intento futuro de
desmantelar la dictadura en Venezuela. La sociedad civil difícilmente podrá
reunir los recursos necesarios para desarticular la estructura política que
Maduro ha construido. Cualquiera que aspire a establecer un nuevo orden
político probablemente necesitará la cooperación de la confederación interna
del régimen. Pero los miembros de esta clase privilegiada no estarán dispuestos
a colaborar con esfuerzos que impliquen destruir el sistema del cual depende su
poder”
Advierto en este párrafo una sobrevaloración
de lo que Javier llama “la estructura política que Maduro ha construido”, añadiendo
que cualquiera que intente establecer un nuevo orden político necesitaría la cooperación
de la confederación interna del régimen. Sinceramente, no veo que exista una confederación
interna, en el sentido de una maquinaria de poder que se ha hecho indispensable
para la gobernanza futura, aun de quien llegue a instalar una democracia, como sería
el caso del equipo EGU/MCM, apoyado por una inmensa mayoría de los venezolanos.
La historia de la caída de pasadas dictaduras no confirma esta lectura de
Javier. Si se quiere, la dictadura de Juan Vicente Gómez de 35 años fue más absoluta
que esta, con mucho más apoyo de las elites empresariales y sociales de la época.
Sin embargo, fue reemplazada sin mayores traumas por miembros de la misma gente
que la había servido, en un plan de democratización progresiva. No eran vistos
por el país como una pandilla de criminales, como hoy se percibe el aparato burocrático
de Maduro. Esa gente está aterrada a título individual y sabe que el andamiaje
no perdurar mucho tiempo más, por lo cual cada uno está en búsqueda de su
salida particular, con el menor trauma posible. En Venezuela la tendencia
siempre ha sido blandengue, dispuesta a perdonar y los séquitos gomecistas y de
Pérez Jiménez no fueron tocados. Estos séquitos de alacranes y normalizadores
de Maduro tampoco lo serán. A lo sumo, si la sociedad venezolana presiona lo
suficiente, irán a la cárcel unos 20 a 30 protagonistas del desastre. Otros
morirán en Italia, en Francia, en España, en sus castillos o mansiones, no es
verdad Tobías, o, inclusive, podrán postularse para presidentes de la Venezuela
democrática, ayudados por sus ahorros, ¿no es verdad Rafael?
Termina
Javier diciendo:
“Maduro
podrá ser odiado por la mayor parte de la sociedad y menospreciado incluso por
muchos de sus propios aliados. Pero ha demostrado ser un astuto arquitecto de
su régimen: uno en el que las únicas personas capaces de derribarlo son,
precisamente, las que más perderían con su caída”.
Lo cierto parece ser que ya existen
demasiadas fracturas, demasiada desconfianza, entre los miembros de la
pandilla. Mas que mantener el edificio en pie, la urgencia se ha trasladado a correr
para no ser aplastado bajo los escombros del monstruo que se derrumba.
UNA PERSPECTIVA POCO CONVENCIONAL SOBRE EL ASUNTO ESEQUIBO
A la memoria del ilustre venezolano Francisco Kerdel Vegas
Cuando a Nikita Krushev le
hablaban del Berlín Occidental, respondía que ese “era un hueso atravesado en
su garganta”. Lo mismo sucede a los venezolanos cuando se habla de la región
del Esequibo, la cual fue objeto de una decisión arbitral adversa que la
adjudico a Inglaterra. La disputa sobre esta decisión ya dura unos 120 años y
sigue firmemente arraigada en el subconsciente venezolano, aunque torpemente
manejada por los gobiernos de turno de las últimas décadas.
Chávez prefirió abandonar el
reclamo a fin de seducir a los países caribeños para sus propósitos de instalar
el llamado socialismo del siglo XXI en toda la región latinoamericana. Nadie
llamó traidor a Chávez por esta postura, pero cualquier venezolano común que
hable de abandonar el reclamo sobre el Esequibo corre un alto riesgo de ser
clasificado como antipatriota.
Sin embargo, a la luz de los
tiempos que corren y de las realidades geopolíticas existentes parecería
sensato comenzar a pensar sobre el asunto Esequibo “fuera de la caja”.
Hace
algunos años el ilustre venezolano Francisco Kerdel Vegas sugirió que Venezuela
podría acordar con Guyana una novedosa solución binacional. Esta propuesta
fue someramente descrita así por Pompeyo Márquez, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2021/01/algunas-reflexiones-sobre-la.html y
el artículo: http://institutodeestudiosfronterizos1.blogspot.com/2008/06/: “ Soy testigo de que se estaba cerca de una solución
práctica y pacífica [para el Esequibo, durante la presidencia de] Carlos Andrés
Pérez. Entonces ello fue frustrado por tesis extremas. Existe una
propuesta del embajador Francisco Kerdel Vegas consistente en construir un
Parque de la Paz entre Venezuela y Guyana en esa zona fronteriza. Este Parque
estaría en manos de Naciones Unidas y aumentaría pulmones vegetales para
la humanidad. Esta tesis ha sido recogida por la doctora María E. Rodríguez
Febres Cordero en su tesis de grado bajo la tutoría de la doctora Angelina
Jaffé Carbonell y con el título de "La Reclamación del Territorio
Esequibo: Una Propuesta Ambiental".
En 2003 escribí un artículo en www.VHeadlines.com , el cual desapareció junto con la publicación, en
el cual abogaba por una solución similar de un gran Parque Binacional, sin
conocer, en aquel momento, la propuesta hecha por el insigne venezolano
Francisco Kerdel Vegas.
Con todo respeto por quienes piensan diferente y sin
pronunciarme sobre la validez o no de nuestro reclamo histórico, pienso que
esta es una idea que debe ser seriamente considerada por los venezolanos, por
las siguientes razones:
1. Ya la zona en disputa no es de Inglaterra, sino que forma
parte de una nación independiente, Guyana. Más aún, la zona en reclamación
sería equivalente a la mitad del territorio guyanés, algo que sería inaceptable
para Guyana y visto como virtualmente imposible desde la óptica geopolítica
actual
2. Actualmente y por el futuro previsible Guyana tiene el
completo apoyo de toda la región en este diferendo. Ni Cuba, la tutora del
régimen chavista, está a favor de la posición venezolana. Los países miembros
de Petrocaribe, los cuales han recibido dádivas cuantiosas del régimen chavista
y son esencialmente leales a ese régimen en el seno de la OEA tampoco apoyan la
posición de Venezuela
3. Los intereses de las dos grandes potencias mundiales,
Estados Unidos y China, están firmemente enlazados con Guyana debido al
desarrollo petrolero que se lleva a cabo allí, en el cual ambas potencias están
involucradas.
4. La tendencia mundial, probablemente irreversible, es
hacia una mayor conservación de las áreas forestales que han sido objeto de
depredación y explotación irracional en el pasado. La idea de una extensa zona
forestal protegida para el bienestar de la humanidad sería sumamente atractiva
para todos los países del planeta
5. El territorio actual de Venezuela está en estado
caótico, el cual requerirá de gigantescos esfuerzos de recuperación por parte
de futuros gobiernos democráticos, honestos y realmente venezolanistas, es
decir, lo diametralmente opuesto a la tragedia venezolana actual. Nuestro país
no necesita más territorio sino cuidar mejor el territorio que ya posee. ¿Para
qué más, si hemos destruido lo que tenemos? Arreglemos nuestro hogar, antes de
pensar en añadirle habitaciones
Creo probable que Venezuela pudiera obtener algunas
concesiones en materia de desarrollo petrolero conjunto en algunas
áreas costa afuera, como parte de una propuesta de solución binacional o,
inclusive, multinacional, sobre el territorio en disputa, designándolo
como gran Zona Protegida para la Humanidad, con un plan de
protección ecológica y de desarrollo forestal o minero muy controlado, a fin de
proteger el ambiente.
Desde la epopeya continental del ejército libertador,
hasta nuestras ayudas a la solución de conflictos agudos en la región
latinoamericana, Venezuela ha tenido relevancia mundial al tomar generosas
iniciativas de gran aliento, más allá de sus fronteras físicas o políticas. Una
iniciativa venezolana para resolver el conflicto sobre el Esequibo de esta
manera nos pondría a la cabeza del movimiento conservacionista mundial, nos
daría el prestigio moral que Venezuela como sociedad ha perdido a manos del
régimen chavista/madurista y estaría más en línea con las tendencias que se
acentúan hoy para preservar la vida humana, en un planeta acosado por un
deterioro generado por la insensatez.
Nuestra nación necesita ser llamada de nuevo a la
grandeza, ciertamente no a la categoría de potencia, como
pretende el grotesco Plan de la Patria, sino al liderazgo moral. Esa es la
verdadera grandeza.
EL ADIOS DE ANDRES SEGOVIA
https://www.youtube.com/watch?v=9xGrjWt1hco#:~:text=Andres%20Segovia%20in%20concert%20plays%20Prelude%20No.1,Video%20:%20This%20is%20one%20of%20the
Este es probablemente el último concierto ofrecido por
Segovia, a los 94 años. Toca el Preludio 1 de Heitor Villalobos ante una
conmovida audiencia.
LA OPINION DE RODOLFO IZAGUIRRE SOBRE MI PROYECTO DE
EDUCACION CIUDADANA
ESTA OPINION DE RODOLFO IZAGUIRRE SOBRE MI PROYECTO DE EDUCACION CIUDADANA FUE PUBLICADA EN EL NACIONAL
La madre se ilusiona al ver a la hija de cuatro años con
tutú y zapatillas. Da por sentado que al crecer continuará abrazada
a Terpsícore, pero no entiende que tendrá que esperar a que la niña
crezca, se desarrolle y evidencie condiciones físicas y disposición de oído y
sensibilidad artística y musical. Tendrá que esperar a que el tiempo haga
posible que su ilusión se convierta en auténtico alborozo porque puede ocurrir
lo contrario: que al crecer en lugar de líneas esbeltas y armoniosas, como exige
el ballet, la niña muestre excesivas protuberancias y un cuerpo macizo o
descolorido.
De igual manera tendremos que esperar el paso del tiempo
para saber si el niño será médico, abogado, poeta, mecánico latonero,
carpintero o afinador de piano. La educación, la formación universitaria
requieren tiempo; piden serenidad para ordenar los movimientos que se suceden a
medida que avanzamos en la edad y el conocimiento.
Cuando nací hace noventa y cuatro años en
una Caracas decididamente provinciana se decía de ella que contaba
con doscientas mil almas. Una manera de alta nobleza para señalar la beatitud
de espíritu de sus gentes. Hoy puede contar con cinco millones de habitantes,
muchos de ellos convertidos en usuarios y muy pocos en ciudadanos equipados de
conciencia civil, conocedores de los deberes y derechos señalados y otorgados
por una Constitución sin manchas y por leyes sin piquetes al revés.
Hoy escucho una voz que pide ser escuchada. Es la voz de
un venezolano que considero irrepetible llamado Gustavo
Coronel. No tengo
espacio para hacerlo y dejo que sea Google quien diga cuáles son los
méritos de Gustavo Coronel. De entrada, él afirma que “con gente como
Maduro, la familia Chávez, El Aissaimi, Padrino López y sus cómplices y
colaboracionistas nunca tendremos una Venezuela digna.” Y advierte: “con un
gentío silencioso, sin masa crítica ciudadana, seguiremos chapoteando en el
atraso. ¡Si no nos vemos en el espejo tal cual somos, nunca podremos salir
adelante!”
Bajo el socialismo del siglo 21 el país sufre lo
indecible, pero para Gustavo Coronel el problema de fondo está en la
mediocridad de la sociedad venezolana y establece que de los 32 millones de
venezolanos cinco son buenos ciudadanos activos; 15 son potenciales buenos
ciudadanos que viven pasivamente; 10, son gente indiferente que solo se
preocupan de su propio bienestar a costa del bienestar colectivo; 2 millones
son criminales y delincuentes, desde hampones a ministros, carecen por completo
de conciencia ciudadana y solo persiguen la acumulación de poder y de riquezas
mal habidas, no importa cómo. Los 20 años de este siglo XXI, dice, han sellado
la tragedia y han llevado al país a la ruina.
Gustavo Coronel propone un Plan que debería
considerarse como política de estado. ¡Lo encuentro magistral! Se extendería a
lo largo de dos generaciones: el Plan no es otro que ¡fabricar
ciudadanos! “Después de 45 años de casi continua declinación y
deterioro se requiere un cambio actitudinal profundo que solo puede ser
efectuado por un país de ciudadanos. El cambio que necesita el país no es el
cambio que se dio en 1999, ése de una democracia ineficiente y mediocre a una
dictadura cruel y corrupta. No necesitamos cambiar para empeorar. La única
manera de mejorar es mejorando la materia prima ciudadana y ello debe ser el
producto de una labor perseverante que tomará dos generaciones. Convertir al
país en una fábrica de ciudadanos. No hay atajos, no hay caminos verdes populistas
y mágicos. Este es el único camino que nos llevará a la meta deseada. Y
llevarlo a cabo es perfectamente posible si existe la convicción de que es
indispensable y se acomete como parte de una política de estado que trascienda
los quinquenios políticos.
Si nuestro liderazgo no lo entiende así y persiste en
ignorar esta verdad tan elemental, el país siempre quedará al nivel de los más
atrasados del planeta”.
Se trata de una utopía necesaria y realizable que
adoptaría eficaces técnicas educativas; sería permanente en el tiempo y de
caracter obligatorio; se evaluaría con regularidad y contaría con ayuda
internacional.
Gustavo Coronel se pregunta: ¿si la necesidad de
fabricar buenos ciudadanos activos es evidente, por qué no se ha llevado a cabo
este Plan? Y él mismo responde: “porque la medición de sus efectos tomaría
mucho tiempo, más allá de lo que el liderazgo político generalmente considera
deseable para sus fines. En efecto, la medida de tiempo usual para un proyecto
político es de seis años, es decir, la duración de un ciclo de gobierno. De
allí que cada nuevo gobernante traiga consigo su visión particular, casi siempre
con abandono de toda la precedente”.
“En Venezuela los presidentes del siglo XX estructuraron
programas denominados como La Gran Venezuela, El Gran Viraje, El Pacto
Social y La Reestructuración del Estado, El Cambio Va, cada uno de ellos
orientado a darle un vuelco a la situación del país en el breve término de un
mandato de seis años”.
“Fabricar ciudadanos es una tarea que tomará entre una y
dos generaciones para que el país sienta su pleno impacto en la conducta y
actitud ciudadana de sus pobladores. Para que el liderazgo político asuma el
compromiso de iniciar y mantener en el tiempo un proyecto de esta naturaleza
deberá ejercer su poder político con grandeza y visión de largo
plazo”.
Me enorgullece, digo yo, apoyar un Plan como éste de
educación civil capaz de fabricar ciudadanos y estoy dispuesto a prolongar
cincuenta años más mi nonagenaria edad sólo para verlo florecer y dar los
frutos que anhelamos.
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