domingo, 16 de septiembre de 2012

Podremos ser de nuevo lo que fuímos


 
         Una gran farsa                               

                                                    Reflexión Dominical, escuchando a Brahms
Hay aspectos de la vida venezolana que ya no volverán. Muchos son anecdóticos, víctimas del crecimiento poblacional, la revolución de las comunicaciones y el ritmo apresurado de la vida moderna. Hay otros aspectos también desaparecidos que no son anecdóticos, como aquella sensación de ser familia de todos en el pueblo.

Habrá costumbres también apreciables que reemplazen esos placeres de la vida sencilla ya idos para siempre. Ello no me preocupa, aunque en ocasiones sea motivo de una dulce nostalgia. Lo que debe ocuparnos es este momento en el cual los venezolanos estamos obligados a pelear en todos los terrenos y con todas nuestras armas éticas, intelectuales y físicas, para proteger los valores y principios que han sido nuestro patrimonio cultural. Estos valores se encuentran hoy profundamente amenazados por una marabunta indigna cuya cabeza visible es Hugo Chávez Frías.
Me refiero a la cordialidad, al respeto, al sentido sano del humor, a la solidaridad social sin distingos raciales o económicos. Me refiero a los deseos naturales del venezolano de ayudar al semejante, de compartir lo mucho o poco que tenga con los demás, de sentirse parte de una gran familia. Estos sentimientos y cualidades están hoy en grave peligro debido a la prédica incesante, vulgar, soez, mezquina, perversa de Hugo Chávez y de sus compinches. Esta pandilla de no más de unos 200 resentidos y acomplejados, quienes debieran estar bajo observación psiquiátrica y no a cargo de los asuntos del país, ha logrado en los últimos 14 años inyectarle a la nación una dosis monumental de odio, hasta dividirlo en dos grandes segmentos. En esta trágica mision destructora Chávez ha sido asesorado por los hermanos Castro, quienes han hecho algo muy parecido con el pueblo Cubano por más de medio siglo.

Los venezolanos no podemos ser obedientes  instrumentos de estos psicópatas. El veneno que la pandilla le inyecta al país es un proceso diario, el cual debe ser también combatido a diario. Debemos luchar contra la perversión chavista en las ciudades, en los pueblos, en cada calle y en cada casa. Y, en última instancia, en cada uno de los corazones venezolanos. Es una batalla que no puede languidecer hasta ver a la pandilla  fuera del poder y hasta que sus miembros principales  paguen por sus inmensos crímenes.

Los venezolanos si podemos volver a ser lo que fuímos,  gentes de fácil sonrisa, sin amargura y sin odio. En mi niñez fuí miembro de una modesta clase media pueblerina que aspiraba a ser mejor. Pude educarme y ascendí escalones sociales sin dañar a nadie. Muchos de mis compañeros también lo lograron. Creo que los venezolanos podemos elevarnos  cualitativamente como individuos sin tratar de rebajar a nuestros compatriotas.
El gran farsante
Ningun país ha salido del foso tratando de nivelar su clase media hacia abajo, el objetivo perverso e insensato de un régimen contra el cual debemos luchar en todos los terrenos.

 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

CON ESAS MARIQUERAS NO VAN A DERROTAR AL COMANDANTE CORONEL.
JG

Gustavo Coronel dijo...

Segun dices, valores y principios son "mariqueras". A confesión de parte...

Anónimo dijo...

Gustavo no le pidas peras al olmo

Luis

Anónimo dijo...

DE VALORES Y PRINCIPOS ESTAN CARENTES TODOS LOS POLITICOS DE LA 4........O NO CORONEL.
POR QUE LLEGO EL COMANDANTE AL PODER?
JG

PD:DESDE MANUEL ROSALES AHORA SE DICE "PERAS AL HORNO"

Demosthenes dijo...

"Peras Al Horno"--Cubanoidismos...

Anónimo dijo...

SE NOTA QUE DEMOSTENES ESTA EN OTRAS LATITUDES.
CON RAZON ESTOS COMENTARISTAS BORREGOS DE CORONEL ESTAN DISOCIADOS COMO EL.....TRANQUILOS QUE FALTA POCO.
JG