Hace unos 12 años, cuando me vine a los Estados Unidos debido a que ya no
podía seguir viviendo entre la basura material y espiritual que generaba el
régimen chavista, me traje el producto de la venta de mi hogar en Carabobo, una
suma muy inferior a su costo, pero lo único que pude lograr.
Con una buena parte de ese dinero fui a la agencia HONDA de Tysons Corner,
cercana al apartamento donde iba a vivir y comencé a ver autos. Los precios por la
camioneta HONDA que yo deseaba eran muy superiores a lo que yo podía pagar.
“Mire”, le dije firmemente al vendedor, “quiero comprar una camioneta HONDA
por $20.000, ni un centavo más. Si usted tiene una por ese precio que a mí me
satisfaga, magnífico. Si no, me voy”.
El vendedor me miró sin pronunciar palabra y me llevó a un estacionamiento
situado al lado de la agencia. Fue directamente a una camioneta HONDA CRV, más
pequeña que la que yo había tenido en mente y me dijo: “creo que esta es la que
le va a servir a usted”.
Era una HONDA CRV, modelo 2003, color plateado, full equipo: aire acondicionado,
radio, toca CD, un interior muy atractivo de color gris oscuro, con una
visibilidad excelente. El vendedor me dijo: “Dele una vuelta y dígame si le
parece bien”. Me monté en ella, le di una vuelta y me pareció impecable. Las
puertas se cerraban sonando como una caja fuerte. El motor ronroneaba con suavidad.
Las velocidades cambiaban sin que uno se diese cuenta, como le llegaba el amor
al caballo viejo de Simón. .
El precio era $19900. Hablé con el vendedor y por $20.000 conseguí comprarla
con las placas, mantenimiento por 100.000 millas y el registro incluidos. Salí
de la agencia manejando mi HONDA CRV. Hoy, unos 12 años después, aún la manejo.
He recorrido con ella una buena parte de los Estados Unidos, al Oeste hasta
Omaha, Denver, Albuquerque, Santa Fe, Chicago. Al Norte, hasta Canadá. Al Sur
hasta Florida. Al Este y Noreste, hasta Atlantic City y Vermont.
En este tiempo nunca ha dejado de prender. Nunca le ha sonado nada que no
fuera la corneta, la cual aquí casi no se usa. Cada tres meses la llevo a Jiffy
Lube, donde le cambian el aceite, le revisan los neumáticos, los limpia
parabrisas y le rellenan los, líquidos necesarios. Me ha llevado y me ha traído,
tan fiel y tan campante.
Menos mal, porque ya no podría comprar un auto nuevo. A los 130.000 millas mi
HONDA se mantiene en plena capacidad operativa. No oculto que, en ocasiones, me
gustaría probar un auto nuevo, de esos que tienen toda clase de sofisticados
equipos que permiten ver hacia atrás, que ahorran gasolina, que tienen GPS incorporados,
que ni siquiera necesitan una llave para prenderlos. Hace poco vi un BMW
compacto, eléctrico que me hizo la boca agua, de esos que pudieran comprar
sin pensarlo Rafael Ramírez o José Luis Paradas. Pero no solo no puedo sino que, además, me
enorgullece ser monógamo, me aferro a mi HONDA CRV porque me causa placer envejecer
con ella.
Cuanto me durará? Parece estar en óptimas condiciones. Probablemente me
sobreviva, como buena fémina. Cuando la vi
me enamoré de ella a primera vista. Y no he tenido razón alguna para
arrepentirme.
2 comentarios:
Hola Gustavo, que cuento tan sabroso ese de 2003, fecha especialmente buena para haberte ido de aquel pais que ya no existe sino en nosotros mismos.
Tu sabes que una de las cosas que mas me gusta de USA es lo directo que se puede (y debe) ser con la mayoria de los vendedores. El grupo de vendedores de aprecian su trabajo (que en USA es algo que hoy dia hay que cuidar, y mucho) esta entrenados es para VENDER (no matter what), y adicional, son entrenados para ATENDER como se debe.
Te recomiendo una tremenda pelicula llamada "FARGO" donde veras el tipo de atencion de "lo que el cliente diga" y las "trampitas" de algunos concesionarios con los "shields" para los inviernos y el asunto de "Ud. me dijo que iba a pagar tanto y ahora me dice que es tanto". Hay una escena con el gran William H. Macy que es buenisima.
Lo que me gusta de lo que cuentas, en la vida real, es que el hombre entendio cuanto querias pagar, le hiciste tu "migliore oferta" y ni tonto iba a dejarte ir por esa puerta sin que tus $20.000 dejaran de entrar esa noche en la checking account del negocio.
Asi es como se debe hacer, al grano, de nada vale los rodeos. Y si dudas con un vendedor de autos, mejor quedate en tu casa, comprate un "multiabono" y pon ese dinero en un fideicomiso que no puedas mover en 12 meses. Es facil perder dinero en USA por no saber negociar.
En tu caso, las hondas CRV son unos caballitos de batalla, no la vendas ni salgas de ella, y si algun dia se te ocurriera hacerlo escribelo en tu blog y te llamare tan pronto pueda para hacerte "mi migliore oferta".
Cuando llegue a USA me dijo un mecanico peruano (!) muy recomendado por mis amistades: Comprese un Accord, un Civic, un CRV, lo que Ud. quiera, pero que sea Honda. "Aceite, agua y gasolina", nada mas.
He tenido Honda y luego he tenido una VW Tiguan, que aunque quizas un poquito mas lujosa, no vale la relacion costo/valor. Por eso te digo: Me quedo con Honda.
yo le rindo homenaje a mi Toyota corolla 2010, que compre en el 2009. Tambien me vine en el 2003, pero me vine limpio y mendigando una visa de trabajo que se me dio luego de muchas lunas. Tuve que esperar para cambiar una cacharra bien vieja por un carro Nuevo de paquete (recuerdan el programa cash for clunkers?) bueno, nadie me iba a dar $ 300 por mi vieja pick up y gracias a ese programa, me reconocieron creo que 4,000 o 4,500 Dolores. Asi que con esa plata y como unos 2,000 mas en efectivo, me monte en mi Corolla, que ahora disfruto, aun con 80 mil millas, pero me de 35 millas por gallon, mucho major que mi cacharra que me daba como 12 millas de gallon. Gracias Corolita.
Publicar un comentario