Caracas, 6 ago (EFE).- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
dijo hoy que las reservas probadas de gas de su país se sitúan en 200 trillones
de pies cúbicos, unas de las “más importantes del planeta”.
Mi comentario. Hasta
ahí el sátrapa va bien. Es cierto que Venezuela está entrre los diez países del
mundo que poseen más reservas de gas natural, al menos mientras las reservas de
gas de lutitas de países como USA, México y Argentina no sean desarrolladas.
Indicó, durante la inauguración de una fábrica en el estado
Carabobo (centro), que los Gobiernos anteriores al suyo “decían que aquí no
había gas”.
“Nadie sabe cuánto gas
contiene la Faja”, agregó el sátrapa, pero de confirmarse lo que estima el
Servicio Geológico de EE.UU. “nos colocaríamos en los primeros, en el segundo o
tercer lugar del mundo en reservas de gas natural”.
Si nadie lo sabe, entonces por qué habla tantas
pendejadas? Este bolsa se llena la boca con el gas que pudiera existir y con lo que
vamos a hacer, pero no hace nada, no logra nada. Por eso fue que el Rey de España le dijo: “Por qué
no te callas?”
Esta
es la tabla de reservas mundiales de gas natural (Wikipedia) que todo el mundo conoce desde
hace mucho tiempo, em metros cúbicos de gas (un metro cúbico equivale a 35 piés
cúbicos de gas):
1 |
55,000,000,000,000
|
18.3%
|
2010 est.
|
|
2
|
33,500,000,000,000
|
11.1%
|
1 January 2011 est.
|
|
3
|
26,200,000,000,000
|
8.73%
|
1 January 2012 est.
|
|
4
|
25,470,000,000,000
|
8.5%
|
1 January 2010 est.
|
|
5
|
7,716,000,000,000
|
2.55%
|
1 January 2009 est.
|
|
6
|
7,461,000,000,000
|
2.49%
|
1 January 2010 est.
|
|
7
|
6,071,000,000,000
|
2.02%
|
1 January 2010 est.
|
|
8
|
5,5244, 500, 000,000 2,00%
|
|
1 July 2011 est.
|
Lo que no dice el sátrapa porque nadie se lo ha hcho saber es que un 80 por ciento de estas reservas de gas son asociadas a los yacimientos petrolíferos, es decir, no son producibles a menos que se produzca más petróleo. Y esto es precisamente lo que los ineptos de PDVSA no pueden hacer. Entonces, están como un tigre desdentado frente a una inmensa zebra, apetitosa, sin poder comérsela.
Esa es la triste realidad.
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