Hugo Chávez se confiesa "pobre" y acomplejado

ND.- El presidente Chávez se refirió a si mismo como pobre y aseguró que los ricos “se creen superiores a los demás, miran a los pobres, nos miran por encima del hombro.”

Esta breve declaración de Hugo Chávez muestra dos facetas igualmente deplorables de su personalidad sociopática.

La primera es que se considera “pobre”. Usa relojes de hasta $100.000, trajes de $5000, anda en un avión de $70 millones que está a su disposición las 24 horas del día, sus familiares viven viajando de Las Vegas a París, él llega a los mejores hoteles del mundo donde alquila pisos enteros para su séquito de guardaspaldas y hasta cocinero particular. Pero se considera “pobre”.

Y tiene razón, es pobre …. de espíritu. Quien muestre el resentimiento que él muestra, quien se exprese con tanto odio acerca de millones de venezolanos que no lo siguen, quien insulte sistematicamente a países que le dan de comer a los venezolanos, quien mienta como costumbre, es pobre de espíritu, no importa el tren de vida de boliburgués que lleve.

La segunda faceta es esa de acomplejado. Dice que “los ricos nos miran de arriba abajo”. Quien se siente así es porque, en su corazón, se considera inferior. Chávez está dolorosamente consciente de su pobre educación, de su falta de elegancia en las maneras, de su ignorancia de la etiqueta en las relaciones con otros líderes mundiales. Ha tratado de remendar su incultura con lecturas apresuradas e indigestas, pasando de Norberto Ceresole a Víctor Hugo  a Noel Chomsky con pasmosa rapidez. Se siente secretamente avergonzado de no saber multiplicar. Ya algún audaz le habrá dicho que el hombre apareció en el planeta mucho antes de los 2000 años que el le dió en uno de sus programas dominicales, afirmación que contó con el avergonzado silencio de las focas que lo rodeaban. Ese complejo es profundo y explica su saña contra gente como Lorenzo Mendoza , a quien él ve como claramente superior. Para compensar estos sentimientos de inferioridad se rodea de analfabetas funcionales como Nicolás Maduro, Darío Vivas o Isaías Rodríguez. Encuentra solaz en ver como gente culta como Roy Chaderton, Bernardo Alvarez o Alfredo Toro Hardy “trabajan para él, un sencillo soldado”.

Gómez sentía placer de tener a Pedro Emilio Coll o José Gil Fortoul como muchachos de mandado, porque ello le hacía pensar que caudillo mata intelecto (cuando solo mata a los débiles de principios). Ahora la historia se repite, con pesudo intelectuales como Earle Herrera, Luis Britto García o el nuevo Galileo Carlos Escarrá (Chávez es el sol alrededor del cual giramos), o con quienes lo llaman de manera rastrera “comandante-presidente”, en burda imitación de Fidel Castro. Chávez ha pasado de imitar a Joselo a adoptar un acento cubano cuando da sus discursos, a fin de que la gente vea en él a quien él quisiera haber sido.

Este es el presidente que tenemos, aún seguido por los venezolanos que se ven retratados en él y comparten sus secretos complejos y su resentimiento.