jueves, 2 de abril de 2020

AÑADIR AGUA DE COLONIA A LA CLOACA NO ES LA SOLUCIÓN



Es comprensible que los Estados Unidos, hastiado de ser los únicos tomando acciones concretas para resolver el problema venezolano, haya decidido proponer – casi como ultimátum - un esquema de “transición” política para Venezuela que contiene ingredientes positivos y otros que no lo son.
Los ingredientes positivos incluyen la liberación de presos políticos, el cese de la dualidad de regímenes que existe hoy, uno podrido como el de Maduro y otro sin poder efectivo como el de Guaidó, la designación de un nuevo Consejo Electoral, la eliminación de la vergonzosa Asamblea Nacional Constituyente, un llamado a elecciones presidenciales dentro de los seis a doce meses del inicio del proceso y la designación de un Consejo de Estado para presidir la transición. Estos componentes apuntan en la dirección correcta. 
Hay otros componentes que no son positivos y hasta coliden con la acción llevada a cabo en paralelo por el mismo gobierno de USA, tanto en su área ejecutiva como en su área judicial, la cual es bastante independiente de la rama ejecutiva. En especial es difícil de aceptar la suspensión de las sanciones, aunque estén condicionadas al cumplimiento de los pasos estipulados en la propuesta,  a los miembros del equipo gubernamental y del Alto Mando Militar, sanciones que le han sido impuestas con toda justicia por ser narcotraficantes, violadores de derechos humanos y lavadores de dinero. Tal suspensión les permitiría a muchos de ellos permanecer intocados y hasta  ser protagonistas del proceso político futuro del país. Ello significaría, por ejemplo, que un malandro como Vladimir Padrino López, indiciado por los tribunales estadounidenses por múltiples crímenes tendría un papel destacado en el nuevo gobierno y tendría su estabilidad garantizada durante el proceso de transición. Otro de los componentes indeseables de la propuesta estadounidense se refiere a la integración del Consejo de Estado, del gabinete de transición y de otras agencias estatales con miembros de la oposición democrática mezclados con chavistas de los menos podridos que se puedan encontrar en la inmensa cloaca.
He dicho anteriormente y lo digo una vez más que una negociación con la pandilla chavista nos llevaría a ganar una batalla política en el plazo inmediato pero casi seguramente a perder la guerra ética y espiritual por el alma de la Nación.  Salir de Maduro sin salir del sistema del cual es una pequeña parte equivale a echarle agua de colonia a la cloaca. Lo que resultaría sería una Venezuela ligeramente menos hedionda cuando lo que se requiere es una Venezuela con olor a limpio.  
Siento decir esto porque sé que en la propuesta pueden existir las mejores intenciones. Hay gente decente y respetable involucrada en este intento de solución. Pero sigo aferrado a los principios y siento el deber de reiterar que cuando lo malo se mezcla con lo bueno, como en el clásico caso del cesto de manzanas buenas cuando se le añaden manzanas podridas, lo bueno termina podrido junto a lo malo. No hay regeneración de manzanas podridas sino alto riesgo de podredumbre para las buenas.
El resultado de esta mezcla será una Venezuela, sin duda, pero no será mi Venezuela.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He estado en you tube y ha sido muy edificante. Redes sociales Venezolanos y programas de re nombre!

Celebremos la pronta ida de Maduro y maduristas o su captura...

Anónimo dijo...

Es cierto, sólo una mano dura y nueva milicia puede esrablecer el nuevo Imperio!