miércoles, 12 de marzo de 2014

Carta al Secretario General y embajadores, OEA

                                        Marzo 12, 2014

OEA
Señor secretario general y
Señores embajadores:
El 14 de Febrero de este año el Dr. Asdrúbl Aguiar les envió una carta en la cual solicitaba al Sr. José Miguel Insulza la convocatoria del Consejo Permanente de esa organización, para analizar los desvíos anti-democráticos del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Habló el Dr. Aguiar en esa carta de las violaciones del artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana por el régimen Venezolano, añadiendo que la iniciativa del Secretario General de la organización sería suficiente para llevar a cabo esa convocatoria.
En carta del 4 de Marzo de este año el Dr. Alvaro Rotondaro les envió una nueva carta en la cual señalaba que el Sr. José Miguel Insulza no solamente habia hecho caso omiso del pedimento del Dr. Aguiar sino que había adelantado juicio público sobre el caso Venezolano, en artículo publicado en el diario La Tercera, de Chile, con fecha 22 de febrero de este año. En ese artículo el Sr. Insulza dijo textualmente, entre otras apreciaciones cargadas de gran sesgo político: Que nadie espere de la OEA que emita condenas, que ahonde la división o que rechace la protesta legítima”.
En base a esta actuación del Secretario General de la OEA, considerada  como no cónsona con el correcto ejercicio de su cargo, el Dr. Rotondaro pidió en su carta que, en base al ordinal b) del artículo 116 de la carta de la OEA, el Sr. Insulza fuese separado de su cargo.  
Menciono estas dos misivas de abogados Venezolanos para ilustrar la trágica pasividad actual de esa organización y como esa pasividad contrasta con la dinámica actuación del Sr. Insulza en los casos de Honduras y de Paraguay y en sus intentos de hacer re-ingresar el dictatorial régimen cubano al seno de la OEA, un doble estándar aparente hasta para el más desprevenido observador de esa organización.
Señores: Más allá de las disposiciones reglamentarias, legales y formales de la organización, en las cuales son muy pocos los expertos, existe una dimensión ética que si es comprensible y comprendida por millones de latinoamericanos. Los habitantes de nuestra región ven con asombro e indignación como esa dimensión languidece en el seno de esa organización y se preguntan  si alguna vez podremos verla actuar en concordancia con los deseos de justicia, de democracia y de libertad para la cual fue creada.
La decisión de esa organización en el caso venezolano, ese acuerdo inodoro, incoloro e insulso con el cual han despachado la reunión convocada por el gobierno de Panamá, que no a iniciativa del secretario general, es una paletada más de tierra en el ataúd de esa organización. Contiene dos conceptos burdamente manipulados en un intento de significar lo que en realidad no significan en el caso venezolano: diálogo y no intervención.  
Diálogo significa conversación entre dos seres racionales, intelectualmente honestos y llenos de la mejor intención para llegar a acuerdos y dirimir diferencias. Este no es el caso venezolano, en el cual el régimen usa la invitación al diálogo como estratagema política para que todo siga igual. Demuestra insensibilidad y cinismo ese pedido de la organización a un diálogo que no puede darse en el marco de la realidad venezolana que  ya conoce el mundo entero. Esta es una realidad con muertos, heridos, arrestados y torturados, todos del lado de los manifestantes, quienes – después de 15 largos años de sufrir  humillaciones y abusos por parte del régimen – han salido a las calles a pedir democracia, comida, medicinas y hasta papel higiénico, recibiendo plomo  a cambio.  
La no intervención, por su parte, es un concepto que debe coexistir con la Carta Democrática Interamericana, a ser aplicables, cada cual,  en el caso apropiado. La manera como el acuerdo sobre Venezuela utiliza el concepto de la  no-intervención hace inoperante, letra muerta,  la carta que ustedes están obligados a defender y utilizar, si es que esa organización ha de tener alguna razón de ser. Ustedes actuaron en el caso de Cuba hace muchos años. ¿Intervinieron?  Cuando actuaron en el caso de Honduras y de Paraguay. ¿Intervinieron? El régimen de Cuba está actualmente enquistado en Venezuela, lo cual está ampliamente documentado. ¿Es esa una buena intervención? Cuando el canciller Venezolano Nicolás Maduro se reunió con generales Paraguayos para incitarlos a dar un golpe de estado, ¿era esa una buena intervención?   
¿Por qué dice el acuerdo que el uso de la Carta Democrática Interamericana en el caso de Venezuela sería equivalente a una intervención?    
Esta actitud pasiva, reñida con la ética, de la organización los lleva al total descrédito, con la excepción de Canadá, Panamá y Estados Unidos, los cuales salvaron su dignidad al discrepar del acuerdo. De allí que el siguiente editorial del diario El País, de Madrid, del 10 de Marzo de este año, diga lo que está en la mente de todos los latinoamericanos amantes de la justicia y de la democracia cuando piensan en la OEA:

el silencio de los países vecinos resulta ominoso. La crisis venezolana ha ratificado la absoluta inoperancia de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde el Gobierno de Caracas se garantiza lealtades a base de petrodólares (cada vez más escasos) e intimidación (ahí está la ruptura de relaciones con Panamá y la suspensión del pago de sus deudas). La pasividad continental contrasta con las encendidas condenas que provocó en su día la destitución de los presidentes de Honduras y Paraguay. Este doble rasero no ayuda a las democracias regionales a apuntalar su credibilidad internacional. Y que Cuba condene la “intromisión extranjera” en Venezuela es ya el colmo de los despropósitos. El régimen castrista, que necesita de Caracas para su propia supervivencia, es quien mueve los hilos y mantiene anclada a una cúpula chavista desbordada.

Señores: no creo  que deban ustedes sentirse orgullosos de ser miembros de esa organización. De la misma manera que nosotros no nos sentimos orgullosos de ustedes.
             
                                                    Gustavo Coronel
                                                    Virginia, USA

                                                     

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien dicho Sr. Coronel. 100% de acuerdo con ud.
IC

Anónimo dijo...

El regimen esta implosionando, lamentablemente los cubanos han armado a la poblacion penal que ha ido saliendo gracias a Iris Valera a quien tambien tendremos que llevar a La Haya junto a Maduro, Ramirez y Cabello. La batalla final esta cerca y la caida de este regimen gracias a las verdaderas fuerzas venezolanas, es imparable.

Anónimo dijo...

Magnífico compendio de la inoperancia (complicidad) de la OEA en la etapa “Insulsa” y si me apuran anterior.
Dice Ud. verdades como puños.
Saludos
LGS

Anónimo dijo...

Me hago las siguientes preguntas: Por que la comunidad latinoamericana se hacen la vista gorda de la intervencion de Cuba en Venezuela?; Acaso Venezuela se merece tanta indiferencia cuando ella libero tantos paises del yugo español en el siglo xix y en siglo xx ayudo a paises, como Chile,Brasil, Nicaragua, Cuba, Rp Dominicana,Ecuador,Bolivia y pare de contar acogiendos y dando protecion,ayudandolos en su proceso Democraticos? Por que no se penalisa a Cuba en su intervencion tan descarada en todo los ambitos de Venezuela de manera sistematica en imponer un Edo totalitario,comunista y CHULO? Da pena y verguenza."No hay paises amigos, sino con intereces" Que b0las?

Anónimo dijo...

Ha hecho algo en algun momento la OEA que merezca la pena mencionar? Esta comprobado que es un destino para turistas con pasaporte diplomatico, que les permite darse vida de reyes mientras no hacen nada.

En relacion a la comandante fosforito asi como otros personeros, LaHaya seria "mucho camison para Petra".