Un Chávez transtornado psiquicamente insulta y maldice sin cesar a quienes considera sus enemigos. Hoy ha arremetido en un ataque de locura rabiosa contra Israél, maldiciéndola con todos sus pelos y señales y contra Lorenzo Mendoza, a quien le niega el derecho ciudadano de ser candidato presidencial (aunque Mendoza no lo ha dicho en absoluto, sino que esas son fantasías del atemorizado sátrapa) .
Venimos insistiendo desde hace varios meses, y hasta años, que Hugo Chávez no está mentalmente capacitado para gobernar, que alguien le debe quitar el micrófono, que es lo único que usa ya, y ponerle en las manos una bacinilla para que no siga haciendo aguas fuera del perol.
Ni un solo psiquiatra, ni un solo militar, ni un solo policía, ni un solo miembro de su séquito, se atreve a declararlo incompetente. Si yo pudiera acercarme lo suficiente a el energúmeno intentaría un arresto ciudadano, armado con una lata de insecticida. Las ruinas humanas del poder moral guardan silencio. La joya que manda en la Asamblea Nacional es muda en este caso. El esperpento ético que está a cargo del Tribunal Supremo no dice ni pío.
El loquero tendrá que venir de afuera?
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