Entre la importación y distribución de comida podrida y ejercicios militares absurdos como este, de asistencia obligatoria, los pdvándalos de Ramírez no tienen tiempo para llevar a cabo las tareas por las cuales el país les paga. Esto es inmoral y refleja el carácter invertebrado de los empleados, quienes se prestan a este tipo de ridiculeces y de promoción de la violencia. Si los venezolanos no reaccionamos tendremos al gorila en el poder por mucho tiempo.
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